Diversidad funcional

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• - Jueves 2 de Diciembre de 2010

El Periódico de Aragón. Edición Digital

Opinión

Políticas sociales

01/12/2010 MIGUEL Miranda

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Una de las características del diluvio neoliberal que pugna por cargarse el estado de Bienestar, por adelgazar su papel redistribuidor, es deteriorar progresivamente los sistemas públicos, reducir las políticas sociales, dejarlas en pura palabrería. Durante muchos años hemos pensado que el proceso de desarrollo de ese estado de Bienestar no tenía marcha atrás por razones de mercado electoral: quien se atreviera a tocar las conquistas conseguidas pagaría su atrevimiento con pérdida de votos. Ya no estamos tan seguros. La vida política de algunas comunidades autónomas demuestra que se pueden privatizar hospitales públicos enteros, que se pueden dotar de ordenadores con dinero público a colegios concertados antes que a los públicos, que se puede boicotear impunemente el desarrollo de prestaciones sociales sin que el electorado se inmute. Aún más, ni llevarse a espuertas el dinero público parece tener efectos sobre el sentido del voto. Sin embargo, si queremos una sociedad cohesionada las políticas sociales deben de estar en el centro de la agenda y más en plena crisis. Por eso soy de los que piensan que en Aragón el balance no puede ser más positivo: la Ley de Servicios Sociales, el Catálogo de Prestaciones del Sistema Público, la reforma del Ingreso Aragonés de Inserción, las políticas por la igualdad, la dependencia, y ayer el II Plan Integral de Infancia y Adolescencia. Con menos eco que el que se mereciera, la consejera Ana Fernández viene desarrollando un magnífico trabajo. Para sobresaliente.

Profesor de universidad

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