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Me disculparán mis lectores habituales y mañaneros, si en el día de hoy y por ser el día que es, me he retrasdo un poquito de lo que es norma en mi: madrugar. Pero es que hoy se trata de reposar un poquito más, debido a que la noche se hizo más larga de lo habitual. Estabámos todos rodeados de familiares, pués son unas fechas ya no es que sean navideñas, ¡quia!, es que son familiares por excelencia. Tenemos nuestro propio criterio, no cabe alguna duda, pero creemos que el tiempo de Navidad es otra cosa, no es la comercialización de una fiesta que, globalmente,detestamos c0mo tal, es un apresuramiento por demostrar algo que no es la Navidad.
Nosotros nos reunimos en torno a unas viandas que preparamos para celebrar el que todos estémos reunidos, el que no falta ni uno solo a la silla que tácitamente hemos designadao a cada cual y que felizmente aceptamos tradicionalmente, por eso es por lo que hoy me hel evantado más tarde. Necesitaba reponer fuerzas y disponerme a poner en funcionamiento mis regalos, los que cada uno de mis hijos me obsequiaron, y no es de importancia su valor, lo que siempre he detacado de éllos ha sido con el cariño que han dedicado e intuirme lo que realmente me agradaba, claro, esto es lo que se debe valorar, ya no su precio, pués es algo que nada importa, sino el valor sentimental que se debe otorgar al esfuerzo que cada uno de éllos ha puesto en marcha, su ilusión en mi agradable complacencia.
Saben de sobra que por muy poco que sea, aparentemente, su precio, su elección siempre ha de ser celebrada .
Bueno ni que decir tiene que recibí con mucha alegría sus ofrendas, pero ya fue el colmo de alegría cuando mi mujer y compañera de mi vida, me regaló una impresora, pues la anterior no era compatible con mi nuevo iMac ya que era un formato diferente ,que silencio por no querer hacerle ninguna publicidad. Asi que después de imprimir, en prueba, las primeras páginas de mi libro, que tengo que un día atribuilr mi visto bueno y darle a la lúz, me ha decidido a participaros a todos vosotros, mis amables lectores madrugadores, eso sí, con un poco de retraso por lo expuesto con anterioridad a éstas líneas. Y ahora solo desearos unos día otoñales llenos de alegría por sentar a la mesa a todos vuestros seres más queridos.
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sábado, diciembre 25, 2010
Me disculparás, mis amables lectores...
Publicado por Teuladí en 11:08
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