Consideraciones mías

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Con las que estoy lanzando a estas horas ya sabréis más o menos de que pie cojea uno, y no es que yo me ufane en decirlo, pero se evidencia en mis escritos y noticias que lo mio no es el consevardurismo, más bién, tendríamos que apuntar en otra dirección, que desgraciadamente cada vez se aleja más de nuestro arco arlamentario.

Claro, que yo tampoco me meto sino es con personajes públicos que ya saben éllos de que va la cosa. En ocasiones juego o parece serlo, al mismo juego que utilizan éllos, así que estámos en paz.

Eso si que lo tengo claro, podré tener unas ideas más o menos aproximada con mi lector, pero lo que si puedo garantizar es que no me importa cuáles sean las suyas, me conformo con que viva honestamente reposado sobre su ideario, pero con todas sus consecuencias, al que tratándose de una persona honrada, cabe la posibilidad de llegar a unos acuerdos que favorezcan a unas mayorias, que al exponer mis ideas, las lleguemos a debatir, no a insultar, y así unas veces él, otras seré yo, seguro que llegamos entre ámbos siempre a un acuerdo. Lo que núnca podra ser, es encontrarme con nadie que esté a piñón fijo, pués entonces si que me será imposible considerarle como a una mente lúcida con las que intercambiar nada.

Acepto, es más; necesito que se me critique si es de una forma constructiva, pués es necesario siempre un avance que viene dado por una especie de fiscalización que el amable lector, ejerce sobre la persona que gráficamente se comunica con otra ú otras personas, pues de esa forma siempre avanza, y agradecido por éllo. Pero no entraré al trapo cuando de necedades o insultos se trate. ¿Lo entendéis,  verdad? Si es que hablando es como se entienden las personas, que más dá que su pensamiento filosófico sea éste o el otro, lo que vale de veras es que siempre sea el mismo, aunque acepto una discreta evolución en el tiempo, pero no aceptaré ni al cambia chaqueta de siempre, ni al arribista de turno, o al que viene a la política haciendo uso y abuso de la prepotencia o la corrupción como se viene en los últimos tiempos observando, eso es propio de la gente deshonrada, no de la gente cabal a la que me quiero referir.



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