Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
El día 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Afortunadamente el desarrollo de políticas progresistas, han propiciado que se haya pasado de la visión de la discapacidad como la destinataria de acciones que tenían más que ver con la caridad, a plasmarse en leyes como la LIONDAU (Ley, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal), que fijan un marco claro y preciso para la defensa de los derechos de estas personas.
De todas ellas, las personas severamente afectadas por diferentes discapacidades que las obligan a vivir en situación de dependencia, son las que más atenciones necesitan y las que en esta Comunidad Valenciana, en la que vivimos, han sufrido un maltrato más notable si las comparamos con sus análogas en otras comunidades autónomas. Esto no ha sucedido por azar. Hay razones más que suficientes para pensar que se les ha condenado a ser víctimas de una guerra que ha enfrentado y enfrenta al gobierno de Camps contra una ley socialista que se promulgó para remediar este tipo de situaciones, para crear puestos de trabajo y para liberar a la mujer de, por lo visto, su innato papel de cuidadora.
Me parece un acierto que el manifiesto 2010 que ha emitido el CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad) se dedique a la educación inclusiva real y efectiva.
Es fundamental que se respete la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, adoptada por la ONU en 2006 y plenamente vigente en España , donde en su artículo 24, obliga a garantizar la educación inclusiva de las alumnas y alumnos con discapacidad, observando los principios de normalización, igualdad de oportunidades, no discriminación, accesibilidad universal, provisión de apoyos, calidad y equidad, que compensen las desigualdades.
La educación inclusiva ofrece evidentes ventajas para los niños y niñas con discapacidad y en especial para su socialización, pero no es menos importante para sus compañeras y compañeros que no sufren discapacidad, ya que en la sociedad donde van a vivir va a ser, también, una sociedad inclusiva que ha de tener en cuenta a todas las personas con independencia de sus condiciones particulares.
Para finalizar me parece especialmente importante la formación de los educadores y por ello quiero recoger literalmente este punto del citado manifiesto:
“Solicitamos que se promueva, tanto en la formación inicial como en la formación permanente del profesorado y de los profesionales responsables de la orientación educativa, una adecuada cualificación, especialización y actualización competencial que acomode su intervención al alumnado con discapacidad, a la evolución de éstas al progreso médico, científico, tecnológico y social que, día a día, introduce mejoras en su situación personal mejorando la coordinación entre los profesionales, los equipos de orientación y toda la comunidad educativa, y asegurando la dotación de recursos humanos (añadiendo ciertos perfiles profesionales) y materiales accesibles adecuados a cada necesidad, así como la generalización de buenas prácticas educativas”.
Sólo me queda desear un feliz día a los más de 3.8 millones de personas con discapacidad que viven en nuestro país y a las más de 5.000 asociaciones que luchan por sus derechos.
Fuente: Blog de Elena Martín
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