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Si no salvo mis ideales, no me salvo a mi.







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miércoles, marzo 16, 2011

¿Tiene otra duda, que gobierno nos ofrece?

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Miércoles 16 de marzo de 2011



Rajoy cierra el grifo



El PP se compromete con el trasvase del Ebro en 2004, evita citarlo en 2008 y reduce su promesa al establecimiento de "transferencias hídricas" y despacha el programa electoral en materia de agua para los comicios del próximo 22-M con una breve cita sobre la "solidaridad interterritorial" y la "prioridad de uso en la propia cuenca"


Francisco Camps junto a Ramón Luis Valcárcel en imagen de archivo.
Francisco Camps junto a Ramón Luis Valcárcel en imagen de archivo. JUAN FRANCISCO MORENO/EFE
N. I. / J. R.

De la ambigüedad a la eliminación de referencias. El Partido Popular ha optado por aplacar el debate del agua eliminado de su programa electoral para los próximos comicios autonómicos y municipales del 22 de mayo cualquier tipo de propuesta o eufemismo que tenga la palabra trasvase como protagonista. La apuesta de Génova retoma y acentúa la hoja de ruta iniciada en la anterior contienda electoral de 2008 en la que la formación ya apostó por la vía de la cautela citando entre sus compromisos las transferencias de agua pero dejando fuera cualquier referencias explícita al trasvase del Ebro, una reivindicación constante de Francisco Camps, pero tampoco a la defensa del Tajo-Segura -una conducción en constante debate- o del Júcar-Vinalopó, envuelto ahora en otra polémica.

El texto, presentado por el PP en la convención de Palma de Mallorca, retoma la ambigüedad en la que ya se movió el documento de la anterior cita con las urnas y pasa a la carrera por las cuestiones hídricas, centrando las medidas en la apuesta del partido por mejorar "la eficiencia y evitar el deterioro de los recursos", así como por "promover los criterios de sostenibilidad, garantía de necesidades presentes y futuras, la solidaridad interterritorial o la prioridad de uso en la propia cuenca". Esa es la propuesta del PP en materia de agua.

La hoja de ruta puesta sobre la mesa por el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, ahonda en la premisa de cerrar el conflicto entre comunidades en materia hídrica. Diferentes posturas que ya llevaron al partido a eliminar las alusiones al trasvase del Ebro en su anterior propuesta, con el objetivo de poder defender un discurso único introduciendo, eso sí, en aquella ocasión aspectos como la "existencia de excedentes y las transferencias". La dirección nacional del PP, cuya número dos y candidata en Castilla-La Mancha, Maria Dolores de Cospedal, mantiene una posición opuesta a la que defienden el gobierno murciano y valenciano respecto a la vigencia de los trasvases, ha solventado ahora el tema del agua con un pequeño párrafo que está muy lejos del que se consensuó hace tres años para contentar a todas las partes. Un auténtico encaje de bolillos que se acordó en la anterior cita con el fin de presentar un texto lo suficientemente abierto que contentó tanto a los aragoneses -contrarios a rescatar el PHN y el trasvase del Ebro- como a los valencianos y murcianos que prometían a su electorado que votar a Rajoy significaba solucionar los problemas hídricos en sus respectivas comunidades con el trasvase como medida irrenunciable.

De hecho, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, entonces un barón territorial al que todavía no le había estallado el caso Gürtel, presionó de la mano de su homólogo en Murcia, Ramón Luis Valcárcel, para que el compromiso electoral de Rajoy fuera inequívoco respecto a recuperar el proyecto del trasvase del Ebro. Camps llegó a advertir en público de que el documento llevaría el término "trasvase", algo que no ocurrió. Tras un intenso pulso, Génova logró que el PP valenciano cediera, pero le compensó con una referencia explícita a la transferencia de los sobrantes a cuencas excedentarias.

Es más, el documento de 2008 hacía alusión a la reforma estatutaria valenciana y se comprometía a "garantizar el derecho de todos a disponer de agua suficiente y de calidad", al tiempo que prometía hacer todas las obras hidráulicas necesarias contempladas en el llamado Pacto del Agua para hacer conciliables las necesidades hídricas de todas las comunidades. El PP valenciano se dio entonces por satisfecho al dar por segura la llegada de agua a Valencia con Rajoy de presidente. Aunque es cierto que el documento de Mallorca es tan sólo un marco referencial para el que elaboren los populares en sus respectivas comunidades y no impide que Camps mantegan viva la llama del trasvase del Ebro o del Tajo-Segura; el texto de Génova evidencia que, como mínimo, ha desaparecido la voluntad conciliadora que presidió el programa electoral de Mariano Rajoy en 2008.



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