Esto hay que celebrarlo
Hyde | Actualizado 24.03.2011 - 01:00
Tengo muchos prejuicios con la televisión española. Se los ha ganado a pulso. Pero Crematorio me ha devuelvo la fe, es posible hacer aquí ficción televisiva de gran calidad. Sólo hay que creérselo, buscar una buena historia, dejarse de sotas, caballos y reyes. Basta ese magnífico monólogo inicial de Pepe Sancho, tomando una copa en una lujosa terraza frente al Mediterráneo, para caernos del caballo como san Pablo: "Ya hace tiempo que se acabó la gran comilona, eso de comérselo todo muy deprisa antes de que te lo quiten del plato. Ahora ha llegado el momento de la moral pública. Cuando uno se civiliza hay que aprender nuevas cosas. A servir el banquete, elegir las etiquetas de los vinos, saber manejar los cubiertos. Estamos en la vieja Europa, y la vieja Europa es limpia, por principio. Habrá que hacer las cosas de otra manera". Toda una declaración de intenciones sobre lo que vamos a presenciar a continuación.
Canal + ha tirado la casa por la ventana en esta producción. Se nota en la factura, en la fotografía, en el medido casting -aunque personalmente me chirría un poco Alicia Borrachero-, en esos excelentes créditos con música de Loquillo. Me contaba ayer un amigo argentino que los recientes éxitos del cine de su país se deben a su compromiso con lo más trágico de su historia reciente. Crematorio es desde luego una radiografía, bastante fiel, de la locura de ambición de la que enfermó España, y especialmente su costa, durante la última década. Lo de las funerarias enterrando muertos a escondidas para ahorrarse los costes de incineración, ocurrió. Lo de la mafia rusa, los negocios vinculados al fútbol, las licencias, los incendios para recalificar, la vinculación de la droga y el ladrillo, también. Y sigue ocurriendo. Pero estamos de enhorabuena por una serie excelente que retrata por fin la miseria ética y moral de parte de una generación.
...
No hay comentarios:
Publicar un comentario