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La cúpula provincial del PP planta
cara y culpa a Camps de los
conflictos municipales en Alicante
Los afines a Ripoll apelan a su control sobre un centenar de pequeñas localidades para asegurar que el titular de la Diputación podrá optar a otro mandato en el Palacio Provincial
PERE ROSTOLL ?
Máxima tensión entre Valencia y Alicante. Joaquín Ripoll, presidente provincial del PP, sabe que se juega todo a una carta. La única posibilidad que tiene de mantenerse a flote es optar a un tercer mandato en la Diputación. Es un secreto a voces que los campistas le esperan después del 22-M, como viene desgranando este periódico, para contar concejales y tratar de apartarle de ese objetivo. La docena de escisiones con las que se ha saldado el cierre de las candidaturas del PP -con el portazo de Gema Amor en Benidorm y la división de los populares en Elche, entre otros- han debilitado aún más a Ripoll que, sin embargo y a sabiendas de que su carrera política pasa por seguir en la Diputación, está dispuesto a plantar cara: la dirección provincial del PP echa en cara a Valencia su incapacidad a la hora de atajar los conflictos y apela a su control sobre un centenar de pequeños municipios como garantía para mantener el pulso sobre la continuidad de Ripoll en el Palacio Provincial.
El titular de la Diputación es consciente de que, en último extremo, los incendios del PP en Alicante -conflictos que Ripoll se ha mostrado incapaz de atajar en parte lastrado por su debilidad a raíz de su imputación en la operación Brugal- serán la "excusa" que la plana mayor del campismo alicantino pondrá sobre el tapete para tratar de abortar su reelección. Pero el dirigente del PP se aferra a la decisión de Génova de mantenerle como número dos en la lista municipal de Alicante y, sobre todo, al poder que todavía conserva en municipios medios y pequeños -alrededor de un centenar- como garantía de una continuidad que, sin embargo, los campistas cuestionan.
La cúpula provincial del PP entiende que no se puede culpar a Ripoll de los conflictos que han salpicado a los populares alicantinos en el cierre de las listas. La mayoría, apuntan, se han producido en localidades de más de 20.000 habitantes, cuya competencia es de Valencia. "No es su responsabilidad. Es culpa de Camps, que está haciendo dejación de funciones. ¿Dónde está?", apuntaron fuentes de la cúpula popular en Alicante. Más alla de eso, incluso, achacan directamente a la incapacidad de los campistas las dos escisiones que se han registrado en la ciudad de Elche, uno de los objetivos centrales del PP de cara a la cita con las urnas del 22-M y que, en estos momentos, podría peligrar por la dispersión del voto potencial de los populares.
Junto al control de los pequeños municipios, el equipo de Ripoll, además, reduce a la mínima expresión los intentos de Valencia para colocar una cuota en las candidaturas de Alcoy, Orihuela y Villena. En los dos primeros casos, el pulso se saldó con una modificación. Y en el de la capital del Alto Vinalopó con la decisión de la alcaldesa, Celia Lledó, de realizar un acto de presentación de la candidatura antes de que fuera validada por el comité electoral regional, algo que no ha agradado ni un ápice en Génova. "Son anécdotas", apuntaron estas mismas fuentes para reducir el impacto de las maniobras campistas en la futura lucha por el control de la Diputación.
En todo caso, desde la cúpula provincial del PP, admiten las maniobras de los afines al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, para controlar las candidaturas de los municipios del partido judicial de Alicante, la zona por la que Ripoll debe ser reelegido diputado provincial con el objetivo de optar a un tercer mandato en la institución provincial. A día de hoy, con las listas ya registradas en la mano y si, finalmente, la elección de los representantes en la Diputación se decide contando concejales de uno u otro bando, Joaquín Ripoll tendría muy difícil revalidar su escaño en el Palacio Provincial. Sus partidarios, sin embargo, insisten que el titular de la Diputación cuenta con el aval de Génova y que, a día de hoy, mantiene intactas sus aspiraciones.
movimientos
A la espera de un gesto explícito desde Génova
Desde hace meses, el presidente de la Diputación, Joaquín Ripoll, mantiene un tono de calculada prudencia. Limitado por su vinculación al caso Brugal, en el que está imputado por cinco graves delitos, el titular de la institución provincial se plegó a la petición de Génova para mantener la calma y evitar declaraciones altisonantes, algo que ha incomodado a parte de sus fieles que, durante el proceso de composición de las listas, se han mostrado incómodos ante la decisión de Ripoll de evitar salir a defenderles. Tras la decisión de Madrid de colocar, contra viento y marea, como número dos de la lista del PP en Alicante, Ripoll espera ahora un gesto explícito de Madrid sobre su continuidad. P. r. f.
Máxima tensión entre Valencia y Alicante. Joaquín Ripoll, presidente provincial del PP, sabe que se juega todo a una carta. La única posibilidad que tiene de mantenerse a flote es optar a un tercer mandato en la Diputación. Es un secreto a voces que los campistas le esperan después del 22-M, como viene desgranando este periódico, para contar concejales y tratar de apartarle de ese objetivo. La docena de escisiones con las que se ha saldado el cierre de las candidaturas del PP -con el portazo de Gema Amor en Benidorm y la división de los populares en Elche, entre otros- han debilitado aún más a Ripoll que, sin embargo y a sabiendas de que su carrera política pasa por seguir en la Diputación, está dispuesto a plantar cara: la dirección provincial del PP echa en cara a Valencia su incapacidad a la hora de atajar los conflictos y apela a su control sobre un centenar de pequeños municipios como garantía para mantener el pulso sobre la continuidad de Ripoll en el Palacio Provincial.
El titular de la Diputación es consciente de que, en último extremo, los incendios del PP en Alicante -conflictos que Ripoll se ha mostrado incapaz de atajar en parte lastrado por su debilidad a raíz de su imputación en la operación Brugal- serán la "excusa" que la plana mayor del campismo alicantino pondrá sobre el tapete para tratar de abortar su reelección. Pero el dirigente del PP se aferra a la decisión de Génova de mantenerle como número dos en la lista municipal de Alicante y, sobre todo, al poder que todavía conserva en municipios medios y pequeños -alrededor de un centenar- como garantía de una continuidad que, sin embargo, los campistas cuestionan.
La cúpula provincial del PP entiende que no se puede culpar a Ripoll de los conflictos que han salpicado a los populares alicantinos en el cierre de las listas. La mayoría, apuntan, se han producido en localidades de más de 20.000 habitantes, cuya competencia es de Valencia. "No es su responsabilidad. Es culpa de Camps, que está haciendo dejación de funciones. ¿Dónde está?", apuntaron fuentes de la cúpula popular en Alicante. Más alla de eso, incluso, achacan directamente a la incapacidad de los campistas las dos escisiones que se han registrado en la ciudad de Elche, uno de los objetivos centrales del PP de cara a la cita con las urnas del 22-M y que, en estos momentos, podría peligrar por la dispersión del voto potencial de los populares.
Junto al control de los pequeños municipios, el equipo de Ripoll, además, reduce a la mínima expresión los intentos de Valencia para colocar una cuota en las candidaturas de Alcoy, Orihuela y Villena. En los dos primeros casos, el pulso se saldó con una modificación. Y en el de la capital del Alto Vinalopó con la decisión de la alcaldesa, Celia Lledó, de realizar un acto de presentación de la candidatura antes de que fuera validada por el comité electoral regional, algo que no ha agradado ni un ápice en Génova. "Son anécdotas", apuntaron estas mismas fuentes para reducir el impacto de las maniobras campistas en la futura lucha por el control de la Diputación.
En todo caso, desde la cúpula provincial del PP, admiten las maniobras de los afines al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, para controlar las candidaturas de los municipios del partido judicial de Alicante, la zona por la que Ripoll debe ser reelegido diputado provincial con el objetivo de optar a un tercer mandato en la institución provincial. A día de hoy, con las listas ya registradas en la mano y si, finalmente, la elección de los representantes en la Diputación se decide contando concejales de uno u otro bando, Joaquín Ripoll tendría muy difícil revalidar su escaño en el Palacio Provincial. Sus partidarios, sin embargo, insisten que el titular de la Diputación cuenta con el aval de Génova y que, a día de hoy, mantiene intactas sus aspiraciones.
movimientos
A la espera de un gesto explícito desde Génova
Desde hace meses, el presidente de la Diputación, Joaquín Ripoll, mantiene un tono de calculada prudencia. Limitado por su vinculación al caso Brugal, en el que está imputado por cinco graves delitos, el titular de la institución provincial se plegó a la petición de Génova para mantener la calma y evitar declaraciones altisonantes, algo que ha incomodado a parte de sus fieles que, durante el proceso de composición de las listas, se han mostrado incómodos ante la decisión de Ripoll de evitar salir a defenderles. Tras la decisión de Madrid de colocar, contra viento y marea, como número dos de la lista del PP en Alicante, Ripoll espera ahora un gesto explícito de Madrid sobre su continuidad. P. r. f.
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