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La Crónica Badajoz, Sábado 16 de Abril de 2011.
La burocracia, el lastre de la dependencia
El 91% de los mayores han tenido dificultad para tramitar las ayudas de la ley.La tasa de dependientes supera el 38% en la zona rural, frente al 29% de media.
15/04/2011 G. MORAL
El 30% de los 209.500 extremeños mayores de 65 años son dependientes, pero para poder beneficiarse de las ayudas de la Ley de Dependencia el 91% ha tenido que empezar pidiendo otra ayuda, la necesaria para poder cumplimentar las solicitudes. La carga burocrática es una de las principales objeciones a esta norma del 2007. Pero no la única. Lo demuestran las conclusiones del primer monográfico sobre dependencia en Extremadura: Personas Mayores en Extremadura , elaborado por investigadores de la Uex bajo la dirección de Beatriz Muñoz mediante encuestas y entrevistas. El trabajo, presentado ayer, es fruto de un convenio de Fundación Caja Extremadura y Fundación Caser.
El estudio analiza la situación de los mayores de 65 años en los municipios de menos de 5.000 habitantes, donde las tasas de dependencia son hasta nueve puntos superiores que en el conjunto de la región, pasando del 38,5% al 29%; pero también es superior en la provincia de Cáceres. "En los pueblos analizados la tasa alcanza el 44% frente al 33% de Badajoz". Pese a que los mayoría de los dependientes extremeños están satisfechos con las prestaciones económicas y los servicios que reciben y conformes con su dictamen, cuestiones como la referida burocratización o el tiempo de espera hasta la resolución final siguen dejando que desear tras 4 años. Más de un 60% de los dependientes se han quejado por la larga espera y a pesar de lo que opina una generalidad, hay un 44% de que consideran insuficientes las ayudas concedidas.
Entre otros datos, Muñoz destaca la feminización de la dependencia y de las personas que la atienden, ya que el 67% de los extremeños mayores de 77 años en esta situación son mujeres, como lo son el 87% de sus cuidadoras. Sobre estas, Muñoz señala que la mayoría presenta un bajo nivel de estudios y destaca la gran carga que implica una labor que conlleva aislamiento social y abandono personal.
Precisamente por la carga psicológica y humana de esta tarea, otro de los investigadores, Víctor López, afirma la necesidad de replantearse aspectos de la Ley de Dependencia. "No se tuvieron en cuenta cosas que ahora se conocen, como que hay muchos mayores cuidando de otros mayores". A esto, añade que la dependencia sigue siendo un nicho de empleo importante y la necesidad de profesionalizar la atención, creando entre otras, una enseñanza profesional y especializada en el sistema educativo. En un replanteamiento de la ley insistió también el director de la Fundación Caser para la Dependencia, Juan Sitges. "Es tiempo para hacer un alto y reflexionar sobre homogeneizar los catálogos de servicios de las 17 comunidades, buscar vías de financiación no solo públicas y considerar la ley como un revulsivo para la economía como generador de empleo".
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