:::
Miércoles 02 de marzo de 2011
Sin poner ni carteles
El jefe del Consell se da un baño de masas tras su ratificación como candidato y se atribuye un apoyo masivo
El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, saluda al público en presencia de la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, Antonio Clemente y Joaquín Ripoll. antonio amorós
PERE ROSTOLL
Francisco Camps dejó el tono alicaído que le había acompañado en múltiples ocasiones desde que estalló el caso Gürtel y, apenas cuatro días después de que Mariano Rajoy le confirmara como candidato del PP a la Generalitat, mostró una cara diametralmente opuesta. Crecido y visiblemente feliz, el titular del Consell, durante un acto de nominación de los alcaldables del PP en los municipios de más de 20.000 habitantes que se convirtió en un homenaje a su figura, identificó, al estilo que en su día marcó Jordi Pujol en Cataluña, la gestión de su Consell con el conjunto de la Comunidad -"Mi gobierno es el pueblo", subrayó- y vaticinó una victoria aplastante que llevará a los populares, proclamó, a hacerse con la Alcaldía en la práctica totalidad de los municipios sin colgar ni un sólo cartel.
Fue un baño de masas para Camps que, hasta ahora, apenas se había dejado ver en una precampaña del PP que había protagonizado la consellera Paula Sánchez de León. Más de dos mil personas de toda la Comunidad abarrotaban el auditorio del Palau de les Arts de Valencia y varios autobuses tuvieron que volverse por dónde habían venido. No había sitio. Toda la escenografía estaba dirigida a ensalzar la figura de Camps, ya ratificado como candidato aunque a la espera de que el magistrado José Flors le abra juicio oral por el caso de los trajes de Gürtel antes de la convocatoria de las elecciones municipales y autonómicas. Dos lemas con mensaje -"Ahora más que nunca" y "Puedes confiar"- presidían un escenario en el que, cada vez que aparecía la imagen de Camps, el público mostraba su adhesión con una salva de aplausos.
Tras cumplir con la foto de familia de los candidatos locales del PP, el jefe del Consell se plantó en el centro del escenario entre la aclamación popular y flanqueado por los tres presidentes provinciales -Carlos Fabra, Alfonso Rus y un Joaquín Ripoll pendiente de su continuidad en la Diputación-, la citada Sánchez de León, el secretario del PP, Antonio Clemente; y Sonia Castedo, siempre en lugar preferente. Era sólo el aperitivo. Camps se sentó, con el resto de la plana mayor del PP, confundido entre los militantes. Ubicado en el centro del patio de butacas, como los novios en las bodas. Desde allí escuchó los discursos de los "teloneros". Un candidato por cada circunscripción con la ilicitana Mercedes Alonso aupada como portavoz de los alcaldables del PP en la provincia en señal inequívoca de que el gran objetivo de los populares pasa por arrebatar a los socialistas su histórico feudo de Elche. Todos elogiaron a Camps como su gran "referente" político. Luego subió a la tribuna, para "calentar" al auditorio, el inimitable Alfonso Rus, presidente del PP en la provincia de Valencia. "Estamos orgullosos de ti. Te han hecho sufrir. Han ido a por ti. A por tu familia. Van contra ti. Pero no podrán contigo. Aquí tienes a Supermán", clamó el dirigente del PP antes de que Camps ocupara al escenario en la única alusión velada a la situación judicial que amenaza con sentarle en el banquillo por cohecho impropio.
El jefe del Consell evitó por completo el caso Gürtel, en un discurso en el que, por momentos se envalentonó. De hecho, envió un mensaje a Mariano Rajoy -la Comunidad, subrayó, es "clave y esencial" para ganar en España-; prometió "austeridad" para su nuevo mandato; cargó contra el Gobierno de Madrid; y se mostró convencido de que el PP logrará una victoria aplastante en los comicios del 22-M, convertidos, aventuró, en la llave para echar a Zapatero de La Moncloa. "Estamos en disposición de ganar en la práctica totalidad de los municipios y las tres diputaciones", una afirmación que Camps basó en el respaldo de los valencianos -"La gente está con nosotros. Somos el partido del pueblo, de la Comunidad", dijo-; en la labor de su Consell -"Nunca se ha gestionado mejor", proclamó en una frase que choca con el medio millón de parados-; y en la actuación de una oposición que calificó como la "peor de la historia". "No saben de qué hablar ni cómo salir de su agonía. Están deshechos", aseveró antes de alardear de que el PP ganará sin poner ni una valla publicitaria y de que, en las próximas semanas, visitará todos los rincones de la Comunidad. Lo dijo entre las sugerencias del público que, en medio de una fenomenal algarabía, emplazaba a Camps a visitar su localidad. "Iremos a todas partes a explicar lo que hemos hecho estos años. Somos los mejores. Sois grandiosos", mientras las notas del Himno Regional ya sonaban.
la situación del PP de Alicante
Ripoll no encuentra el sitio en un acto al que acudió sin séquito
Joaquín Ripoll es un dirigente político al que le cuesta mucho disimular. Se sabe perfectamente cuándo está a gusto en un sitio, cuándo está por puro compromiso y cuándo está porque no le queda otro remedio. El presidente provincial del PP acudió ayer al acto de Valencia, tal y como trasladó el lunes por la mañana a su comité de dirección, con una actitud que fue una mezcla de los dos últimos supuestos. Oficialmente, Ripoll estaba en la convocatoria para arropar a los candidatos de los municipios de más de 20.000 habitantes de la provincia. Aunque ha cedido terreno, aún conserva, entre los alcaldables populares en esas localidades, a dirigentes de su plena confianza como Mónica Lorente, Jorge Sedano, Celia Lledó, Miguel Ortiz o Pascual Díaz, candidatos,
respectivamente, en Orihuela, Alcoy, Villena, Altea y Petrer. Pero, más allá de eso, Ripoll, tal y como le ha pedido la cúpula nacional del PP, tenía la necesidad de aparentar una imagen de normalidad y de paz interna para intentar garantizarse la continuidad como candidato a la presidencia de la Diputación. El frío saludo entre Camps y Ripoll evidenció, en cualquier caso, que la relación entre ambos, aunque ha mejorado desde que estalló el caso Brugal, no es fluida. Y, en ese escenario, quedó claro que el presidente de la Diputación no iba a encontrar su sitio. Sentado junto a Carlos Fabra, el presidente de la Diputación, de todas formas, acudió a Valencia con un séquito de acompañantes limitado. Apenas los alcaldes de su cuerda que tenían que ser proclamados. Y ausencias clamorosas como la de Gema Amor, a la que Valencia apeó de sus aspiraciones como alcaldable en Benidorm. P. r. f.
DETALLES del acto
El vídeo, las disculpas por hablar valenciano y el machismo de Rus
El vídeo que se proyectó en la antesala de la intervención de Camps sirvió para desgranar los "logros" del Consell desde la llegada del líder del PP al Palau de la Generalitat. Llamó la atención que, en un acto convocado para proclamar a los candidatos en los municipios de más de 20.000 habitantes, sólo aparecieran imágenes de Francisco Camps que, eso sí, se atribuyó la autoría de actuaciones pagadas con fondos del Gobierno de Zapatero como el AVE de Madrid a Valencia o la Autovía Central, aún pendiente del último tramo en Alcoy pero que, si ha registrado avances, ha sido gracias al Gobierno socialista. Fueron también muy comentadas las disculpas de varios dirigentes del PP que subieron a la tribuna por hablar en valenciano. El alcalde de Vila-Real, que intervino en nombre de los alcaldes de Castellón, fue cuestionado por una persona del público por utilizar el valenciano. La primera edil de Torrent, representante de la provincia de Valencia, pidió disculpas si se pasaba al valenciano, su lengua materna, y luego solicitó permiso al público para dirigirse al jefe del Consell en lengua vernácula. Y Alfonso Rus, líder del PP en la provincia de Valencia, dejó claro que sólo hablaría en valenciano, una polémica que desdibujó la apuesta que hizo Camps durante su intervención por la defensa de las señas de identidad. Rus, precisamente, protagonizó, entre las risas del público, dos comentarios en tono machista. En el primero, como chiste, vino a apuntar que, con la crisis, las mujeres ya ni siquiera preparaban la cena a sus maridos. Y luego,
como reproche a las prohibiciones del PP, reivindicó los vinos valencianos. "¡Vivan las mujeres y el vino!", dijo. P. r. f.
:::
No hay comentarios:
Publicar un comentario