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Estoy pensando que debo disfrutar de unos días de relax a la orilla de un bonito destino que rompa con mi dependencia de las Webblog's en la que día a día voy proporcionando unas noticias, unos comunicados y diversas actuaciones que hacen, posiblemente, una silenciosa comunicación con mis amables e invisibles lectores.
Digo lo de la silenciosa e invisible personalidad de mis lectores por la sencilla razón de su demostrado mutismo; aparecen las consultas, las lecturas y sus incursiones en las páginas de mis Web's que me hablan de una escondida visión que me dan las estadísticas diarias, pero que a modo de entrada a hurtadillas pasan por ellas sin dejar rastro de sus estelas por la misma. Ni una discrepancia, que las habrán, seguro; ni un comentario, que sin duda podrían hacer con la seguridad de su bien; nada, y son los tiempos que con sus prisas no dan para mucho más. Yo los adivino, los extraño, los echo en falta, sin embargo imagino sus vidas todas ellas interesantes, lo bien que me vendría el concurso de sus ideas... pero dejemos de soñar. Estamos hablando de otra clase de sueños, los de mi descsanso de una semana en un lugar con gran tranquilidad, mucho sol, mucha playa...
Estoy pensando en una bonita zona catalana (ya se que España es muy bonita y variopinta, con muchas zonas a cual de ellas más bonita) situada a la orilla del mediterráneo, con sus regaladas playas de un sol brillante y sus cristalinas aguas. Estoy refiriéndome a Salou, el deseado Salou de la Costa Dorada. De la que dejo constancia de su belleza con este vídeo que la promociona.
Tenemos cerca de su enclave unas naturales y serenas bellezas como las orientadas por las rutas cistercienses en donde se girará visita al Monasterio de Santes Creus; Real Monasterio de Santa María de Poblet, cuna de la vida catalana y a las Borges Blanques, donde se encuentra el Monasterio de la Vallbona de les Monges.
Luego está la de Valls, con sus torres humanas y su casco antiguo; Montblanc, donde destaca su casco medieval con numerosos monumentos tanto eclesiásticos como cívicos; l'Espluga de Francolí, con su Museo de la Vida Rural, su prestigioso celer y a su paso por la selva de Poblet, ir en dirección a Siurana desde donde se distingue una exuberante belleza de los valles tarraconenses. A su pies queda Frades con sus característicos tonos rojizos.
Prades es una localidad con una historia remota. Existen restos de la época neolítica y ruinas ibéricas, aunque el origen de la población es árabe. La localidad esconde numerosos monumentos de interés, como la iglesia gótica de Santa María la Major, de fachada renacentista; el castillo y las murallas medievales, que podrían remontarse a la época islámica; una fuente esférica renacentista; la plaça Major; la ermita de la Mare de Déu de la Abellera; fuentes naturales; cuevas, y miradores como el de la Baltasana, sobre 1.000 metros de altitud. En Prades, además, pueden practicarse actividades como el senderismo, la bicicleta de montaña, o la escalada. De entre sus productos típicos destacan las patatas, con denominación de origen, avellanas, miel y embutidos, y platos como la escudella, la carn d'olla y el jabalí estofado.Prades es una localidad con una historia remota. Existen restos de la época neolítica y ruinas ibéricas, aunque el origen de la población es árabe. La localidad esconde numerosos monumentos de interés, como la iglesia gótica de Santa María la Major, de fachada renacentista; el castillo y las murallas medievales, que podrían remontarse a la época islámica; una fuente esférica renacentista; la plaça Major; la ermita de la Mare de Déu de la Abellera; fuentes naturales; cuevas, y miradores como el de la Baltasana, sobre 1.000 metros de altitud. En Prades, además, pueden practicarse actividades como el senderismo, la bicicleta de montaña, o la escalada. De entre sus productos típicos destacan las patatas, con denominación de origen, avellanas, miel y embutidos, y platos como la escudella, la carn d'olla y el jabalí estofado.
En fin, será una semana para el descanso, aunque no pararemos demasiado en el apartamento, seguro que sus paredes no nos aprisionarán, tampoco serán largas distancias, lo suficiente para unos seres inquietos como somos a los que nos gusta la actividad y también la tranquilidad, por supuesto.
Vendremos recuperados, espero, y con nuevas ganas de contarles a todos nuestras andanzas por ésta tierras tarraconenses.
Será una semana de descanso para todos, para mí y para mis respetables y respetados lectores dependientes o no, que más da.
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