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Como les decía en la entrada precedente, aquí todo está, al parecer debajo de una economía sumergida por la que en el estado español, todavía, no ha reventado en una revuelta tumultuosa y es la que nos priva de unas manifestaciones multitudinarias como cabría entrever por la angustiosa situación de la actualidad.
Nosotros los dependientes estamos pasando lo nuestro, como colectivo lo digo, pero es todo el pueblo quién viene sufriendo las desastrosas consecuencias con la que nos regalan unos embusteros convulsivos.
Si bien es cierto que no queremos más que en lo necesario, incidir en el mal camino elegido por un ejecutivo que no hace sino proteger a los de arriba, cargando al resto la misión de sacarnos del atolladero en que nos han metido unos bancarios sin escrúpulos y la extremada corrupción de nuestra clase política, los del PP los primeros.
Ya solo esperamos que en las nuevas elecciones sepamos comportarnos y recordar que no se ha de votar con el estómago sino con la cabeza. Olvidarse del PP y votar quién a mejor nos convenga, según nuestros criterios.
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