Por más que yo quisiera, me resultaba muy difícil el poder asistir al festival que en la Iliana (Valencia), habían organizado nuestros compañeros de plataforma situada en la zona de L’Alcoiá-El Comtat, pese a que su organización, además de costosa fue muy bien planificada y mejor ejecutada por los grupos y a cantantes que allí se dieron cita; cita a la que personalmente no pude acudir por estar todavía en periodo de rehabilitación y no poder soportar ni el viaje, ni la imprevisión de las inclemencias que tuvimos que soportar todos estos días.
Ese ha sido el motivo principal por el que supuso para unos, la causa de una tibia respuesta, el acudir en grandes cantidades de dependientes estaba alegremente contemplada, pero si acudió mi vecina que, incansable trabajadora, dejó al cuidado de su padre a su hijo, también sujeto a los vaivenes del tiempo, no la pudiese acompañar.
Paso a relatar sucintamente lo acaecido y habrá que ver la posibilidad de repetir en otra época de mayor bonanza dispuestos a todos los que, en el día de ayer, quizás, se quedaron con las ganas dentro de los cuales yo mismo me incluyo.
Desconozco la hora de partida desde Elche, que salieron, al menos, dos autobuses con dirección a la hermana ciudad valenciana de la Eliana, pues es un dato que hemos considerado nada importante. Lo que si puedo transmitiros, es que fue un modelo de organización, que no de previsión, quizás, y que todo el elenco participante lo hizo con un desprendimiento desacostumbrado, todo lo que les honra en su favor, pues si su actuación fue absolutamente gratuita, no así su representación que brilló a gran altura y fue digna de mejores escenificaciones. Todo el personal asistente, que lo hizo en número discreto, salió de la velada muy satisfecho del magnifico espectáculo que puso broche alrededor de las tres de la mañana.
Cada tres canciones, una de las plataformas allí reunida, una a una fueron leyendo una serie de reivindicaciones que ha dado motivo a su proliferación por todos los rincones de la comunidad, reunidos con una idea común, la de percibir los atrasos que les corresponden a los dependiente y esperar a que terminen unas valoraciones que se van incrementando con el paso del tiempo, que ya va para muchos años, siendo así que en su tiempo alardearon sobradamente de ello.
Cuando decidieron venirse de regreso, pues la noche, pese a que hizo buen tiempo, ya comenzaba a refrescar demasiado para algunos de los asistentes en silla de ruedas, todavía no se había procedido al sorteo de una serigrafía del magnífico cantante alcoyano fallecido, Ovidi Montllor.
Lo dicho, esta clase de manifestaciones artísticas han de repetirse en otra época del año con más bonanza a la que se pueda ofrecer la misma calidad artística y esmerada organización, y por que no reconocerlo, mayores ingresos que ayuden a solventar otros casos pendientes.
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