FUE INGRESADO MUY GRAVE EL 26 DE OCTUBRE
Fallece Marcelino Camacho, fundador de CCOO
El sindicalista, que padecía alzhéimer, ha muerto a los 92 años
Viernes, 29 de octubre del 2010 - 02:27h.
El fundador de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, ha fallecido este viernes a los 92 años tras una larga enfermedad, según fuentes del sindicato. Camacho llevaba ingresado en un hospital madrileño desde el pasado 26 de octubre, cuando entró gravemente enfermo. El fallecimiento ha tenido lugar a la 1.30 horas de la madrugada.
Marcelino Camacho, en una reunión de CCOO en 1996.
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La capilla ardiente quedará instalada en la calle de Lope de Vega, número 40, de Madrid, sede de la Unión Sinidcal de CCOO de Madrid, entre las 10.00 horas de hoy, viernes, y las 11.30 horas del sábado. Sobre el mediodía del sábado, el féretro será trasladado a la Puerta de Alcalá, donde se celebrará un acto de despedida alrededor de las 12.30 horas. Los restos mortales del sindicalista serán enterrados a las 14.00 horas en el Cementerio Civil.
CCOO lamenta la muerte de su primer líder
La Comisión Ejecutiva de CCOO ha lamentado, en un comunicado, la muerte de su primer secretario general, del que asegura que "contribuyó decisivamente a que CCOO sea hoy el sindicato más fuerte del país". "Ha muerto Marcelino Camacho. El dirigente obrero y comunista, el representante más cualificado de los derechos de los trabajadores. Toda una vida dedicada a la causa de los más débiles, a la conquista de una sociedad más justa y solidaria", ha anunciado el sindicato.
CCOO ha recordado cómo, tanto en la guerra, en el exilio, en la dictadura y en la libertad Camacho "siempre luchó al lado de los trabajadores" y por ello fue detenido varias veces y encarcelado durante varios años.
La central sindical ha destacado que Camacho contribuyó "decisivamente a transformar el primer sindicato del país". "Un sindicato que modernizó y transformó, a partir de una apuesta decidida y valiente por la autonomía sindical, autonomía que ya es la expresión de identidad más sólida de CCOO". La nota señala que "su compromiso con la libertad y el socialismo" le llevó a ingresar en el PCE, y "a protagonizar la lucha política y sindical con el mismo empeño y generosidad". CCOO destaca que Marcelino Camacho era un hombre "abierto, firme, coherente y defensor de un sindicalismo de presión-negociación, que desde hace muchos años simboliza la estrategia del movimiento sindical".
"Marcelino Camacho estará siempre presente en el proyecto sindical de CCOO, en la reivindicación y en la propuesta, en la negociación y en la movilización. Nos ha dejado Marcelino Camacho, un hombre irrepetible", concluye el comunicado.
Un símbolo de la lucha obrera
"Ni nos doblaron, ni nos doblegaron, ni nos van a domesticar". Marcelino Camacho pronunció estas palabras, que representan el lema de su vida, cuando salió en 1976 de la madrileña prisión de Carabanchel, donde había pasado nueve años encarcelado por su actividad sindical durante la dictadura franquista, tras ser condenado en lo que se conoció como Proceso 1001 (proceso que comenzó el 20 de diciembre de 1973), que juzgó a la plana mayor de los sindicalistas que fundaron Comisiones Obreras.
Enfatizó esas mismas palabras en el 2007 durante el homenaje que recibió del mundo político y sindical, al que asistió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y que fue la última de sus apariciones públicas cuando el alzhéimer aún no había deteriorado su salud.
Camacho, un símbolo de la lucha de los trabajadores, nació el 21 de enero de 1918 en Osma-La Rasa (Soria), donde su padre era el guardagujas de la estación del ferrocarril. Se crió en la localidad aragonesa de Ariza y se preparó para ser factor de la línea Madrid-Zaragoza-Alicante.
Persecución tras la guerra
Desde joven se vinculó con las organizaciones políticas --se afilió al PCE en 1935-- y sindicales --su primer carnet fue de la UGT-- durante la Segunda República, lo que le llevó a combatir durante la guerra civil en el frente de Madrid. La victoria franquista le condujo al exilio en Orán (Argelia) aunque antes sufriría toda clase de persecuciones.
Fue juzgado por defender el régimen constitucional republicano, condenado a trabajos forzados en diferentes campos de reclusión como el de Tánger, del que se fugó en 1944, aunque fue detenido por la policía marroquí y pidió asilo en la ciudad argelina, entonces bajo dominación francesa. Allí conoció a otra luchadora antifranquista, Josefina Samper, con la que se casó en 1948. Han tenido dos hijos, Yenia y Marcel.
Hasta 1957 no fue indultado y pudo regresar a España, donde comenzó a trabajar como metalúrgico en la factoría Perkins, de Madrid, ciudad en la que desarrollaría su actividad política. Fue elegido representante de los trabajadores de la mencionada empresa en unos años en los que el sindicato vertical franquista no permitía la actividad de las centrales democráticas.
Fundador de CCOO y diputado tras las primeras elecciones
Camacho fue el impulsor de la estrategia de infiltración en el sindicato único de la dictadura para defender las condiciones laborales de los trabajadores al tiempo que puso en marcha, en la clandestinidad, las primeras comisiones obreras, embrión del sindicato del que fue su primer secretario general en 1976, tras la muerte de Franco, y su único presidente hasta ahora, un cargo honorífico, entre 1987 y 1995.
Su militancia comunista marcó su lucha política. Durante los primeros años de la transición combinó una estrategia de dureza en las reivindicaciones con la flexibilidad táctica en las negociaciones, en consonancia con la línea eurocomunista adoptada por el PCE en aquellos años.
Fue diputado por esta formación en las primeras elecciones democráticas de 1977, pero con el nuevo régimen de libertades comenzaron sus discrepancias, primero con su partido ¿criticó el apoyo parlamentario al Estatuto de los Trabajadores en 1980¿y después con las nuevas generaciones que llegaron a la dirección del sindicato.
La discreta retirada de la primera línea
En 1987 fue sustituido como secretario general de CCOO por Antonio Gutiérrez, más proclive a desvincular al sindicato de la política desplegada por el PCE e IU. Camacho perdió el pulso en varias ocasiones y terminó dejando la presidencia de la central sindical, aunque no perdió la vinculación con CCOO --conserva el carnet número 1-- al considerar que los principios con que él las había fundado, seguían vigente.
Desde entonces, llevó una vida discreta y austera junto a su mujer. Se dedicó a escribir --publicó sus memorias en 1990 con el título Confieso que he luchado--, a dar conferencias y a ser un referente de los militantes comunistas.
En un vídeo emitido en el homenaje del 2007, Camacho explicaba así la razón de ser de su militancia marxista: "La fuerza de los trabajadores viene dada porque son la mayoría y porque todo lo que hay de bello y útil en la sociedad es creado por el trabajo manual, técnico, profesional e intelectual".
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