Todo es lo mismo. El debate que se suscita sobre el particular, me parece más bien un a forma de mantenernos distraídos y no ver la suerte que nos depara el ¿destino? creemos que no, que lo único que se hace es colaborar con el ejecutivo para mantenernos a todos callados, mientras los políticos, con su proceder, atienden otros frentes que les atacan más, y así abonando a unas “barrigas agradecidas” (va por ti amigo Patxi) nos tienen sin abrir la boca para nada, pues son nuestros defensores, tan sapientes ellos, quienes contribuyan a mantenernos con la boca cerrada y “quietos parados”.
Que más da como nos llamen siempre que sea bajo el respeto y el cariño con el que habitualmente nos trata la sociedad. Que alguno dice aquello de pobrecito… pues bastante desgracia tiene el que no ve más allá, no sabe que esto es la vida y que un día todos podemos llegar a ser iguales, todos podemos llegar a ser dependientes de alguien, de esa sociedad de la que todos formamos parte…
Creo yo que más nos valdría en aceptarnos todos conforme somos y no reparar en nimiedades tan absurdas. Cada cual resulta de acuerdo la naturaleza lo ha conformado, y no podemos llegar a debatir, por ello, si somos galgos o podencos, si es que no queremos caer en el juego, que otros por nosotros nos hacen y mantenernos sumidos en nuestra lógica y buscada situación.
¿Que en estos tiempos nos toca ser discapacitados?… Pues el diccionario español lo dice bien claro MINUSVÁLIDOS. ¿QUE AHORA ESTA MÁS DE MODA discapacitados? algunos rizando el rizo, proponen que nos digan personas diverso-funcionales, pues todos funcionamos a pesar de las diferencias.
¿Cómo preferimos que nos llamen?… Solamente PERSONAS. eso ya sería un paso hacia adelante. Veámoslo tras una seria reflexión, compañeros…
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