Sabemos por las noticias locales, nacionales y hasta internacionales, que en España estamos rodeados de corrupción en nuestros gobernantes políticos pues no hay día que de uno y otro color nos apestan las ciudades y nos embotan el cerebro de estas repugnantes maniobras a las que quieren que nosotros nos vayamos acostumbrando.
Pues no lo conseguirán. Hoy, día en que se conmemora la impoluta honradez, sencillez y honorabilidad del insigne poeta oriolano Miguel Hernández, clamamos en plena libertad de expresión, que ya estamos hartándonos de tantos sinvergüenzas y de tantos arribistas como tenemos.
Que va siendo ya hora que tengamos políticos honrados, sean de la tendencia política que sean, pero honrados y al ser posible, que no tengamos la necesidad de exportarlos de otros lugares, que aquí en nuestras ciudades también tenemos gentes para que gobiernen nuestras costumbres y no sea necesario que vengan de Galicia, Asturias o Extremadura, pues en Alicante, por ejemplo, también deben de haber políticos honorables y eficaces. No convirtamos esto como un juego entre 22 calzoncillos tras una pelota de goma.
Sin lugar a dudas están esas personas que todos conocemos y no una listas que desde Ferraz o Génova vienen impuestas por unos intereses, algunas veces más oscuros que quisiéramos, olvidando que los que sean del lugar a lo mejor también nos valen.
Y al ser posible, que no tengan a ningún amiguito del alma en la judicatura española, pues ya estamos todos hartos de tanto trapicheos.
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