|
30 septiembre 2010
Bienvenido a 
La presidenta charla con diputados y junteros en un receso
El portavoz del PSE, José Antonio Pastor, escucha el discurso de José Luis Bilbao, que no escatimó críticas al Gobierno vasco. :: FOTOS: MAIKA SALGUERO
Noticias relacionadas
La Diputación pide a López que deje de ser «sumiso» ante el Gobierno central
De la Supersur a los ejes comarcales
11,7% de paro en Vizcaya frente al 20% en España
Bilbao reclama un pacto sobre el gasto social, su «mayor desafío»
Aboga por un gran acuerdo entre partidos para garantizar las prestaciones durante el pleno de política general
29.09.10 - 02:37 -
DAVID S. OLABARRI d.s.olabarri@diario-elcorreo.com | GERNIKA.
La Casa de Juntas de Gernika desprendía ayer, a falta de medio año largo para que se celebren las elecciones forales y municipales, un claro aroma electoral. Los discursos que se escucharon en la Cámara vizcaína, durante el último pleno de política general de la legislatura, dejaron en evidencia lo cerca que está ya la próxima cita con las urnas. La Diputación suele utilizar este tipo de sesiones parlamentarias para marcar el camino que seguirá su gestión en los próximos meses y, en ocasiones, para anunciar nuevos proyectos.
Esta vez, sin embargo, el diputado general huyó de las grandes declaraciones políticas y de las iniciativas de hondo calado. José Luis Bilbao utilizó su intervención ante los junteros para abordar, a grandes rasgos, los principales acontecimientos que han marcado la agenda del territorio en los últimos tiempos, desde los desencuentros institucionales con el Gobierno vasco hasta la evolución económica, y para insistir en que su prioridad seguirán siendo «las personas» y la inversión pública. Pasó de puntillas, en cambio, sobre algunos de los principales proyectos de su gabinete durante los últimos años -como la planta de casas modulares de Habidite y el Plan Foral de Vivienda- tal y como se encargaron de recordar los portavoces de los grupos de la oposición.
A pesar del amplio abanico de temas que trató durante su discurso, de una hora y media de duración, Bilbao incidió especialmente en la necesidad de alcanzar un gran pacto político que garantice la sostenibilidad de los servicios sociales. Este es, a su juicio, «el desafío más importante» al que se ha enfrentado la Diputación «en toda su trayectoria» histórica. Se trata de hacer frente a la «necesidad imperiosa» de generar los recursos económicos suficientes para atender la creciente demanda de «bienestar ciudadano» que viene provocada por el «envejecimiento de la población», el «incremento» de la esperanza de vida y la «aparición de colectivos en riesgo de exclusión».
Para reforzar su apuesta por este gran pacto, el máximo responsable foral realizó un repaso somero a la evolución económica. Bilbao explicó que, si bien la actividad productiva de Euskadi ya está dando síntomas de recuperación -lo que contrapuso a la situación de España, que sigue «sumida en lo más profundo de la crisis»-, todavía es pronto para lanzar las «campanas al vuelo». En este sentido, recalcó que pese al crecimiento interanual del 0,4% en el PIB en los primeros seis meses de 2010, el impacto de la crisis ha dejado los ingresos tributarios «en los niveles de 2005 y 2006», lo que da una idea de que «la recuperación será lenta».
Esta situación, que augura un presupuesto «duro» para 2011, se verá agravada, en caso de no adoptarse medidas, por la evolución demográfica. Bilbao ofreció un dato ilustrativo sobre esta coyuntura: en 2010, las personas mayores de 65 años suponen el «20,05% de la población». Para 2020, en cambio, este porcentaje se elevará hasta el 25%. El diputado general explicó que, desde que dirige la institución foral, en 2003, el presupuesto de Acción Social «ha crecido un 212%», mientras que la recaudación de tributos ha experimentado un avance del 39,3%. A nivel interno, el Departamento de Juan María Aburto ha pasado de tener un peso específico del 25% al 48%.
Sociedad «estéril»
El dirigente jeltzale aseguró que propuesta no pasa «en ningún caso» por reducir el nivel de prestaciones, sino por garantizar su financiación, y criticó abiertamente a las administraciones que aprobaron la creación de nuevas ayudas -como la Ley de la Dependencia y la Ley Vasca de Servicios Sociales- «sin pararse a pensar» cómo se iban a pagar. «Aquello tan sencillo de esto cuánto vale y quién lo paga no fue tenido en cuenta», lamentó, antes de elogiar los sistemas de protección social vascos.
Bilbao quiso diferenciar en este punto la lucha contra la exclusión social y la atención a la dependencia. Sobre este primer problema, insistió en que una sociedad que permite que una persona gane más dinero «sin trabajar que trabajando» está «condenada a la esterilidad». Por eso, reclamó un plan «consensuado» y de carácter «permanente» para el control del fraude.
Sobre la dependencia, además de asegurar que el copago no representa un porcentaje elevado en la financiación de los servicios -entre un 15% y un 20%-, apostó por potenciar el principio de «solidaridad intergeneracional». A este respecto, no renuncia a reactivar el debate sobre el reconocimiento de deuda, suprimido hace poco más de un año por la Ley Vasca de Servicios Sociales. Y, después de rechazar la modificación tributaria en tiempos de crisis, volvió a «poner sobre la mesa» la posibilidad de contemplar el pago de la dependencia como una «contingencia» de la Seguridad Social, además de apostar por crear un «fondo al margen del presupuesto» alimentado con nuevos «recursos». Todo esto, concluyó, debe ser una «prioridad» para todas las instituciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario