Que estamos en el principio de una campaña electoral, ya no nos cabe la menor duda. Basta con mirar la prensa diaria y escuchar los comentarios callejeros, amén de la frenética actividad que tienen los partidos políticos y sus cadenas de transmisión, los sindicatos.
En la actualidad ya no es suficiente mirar a la prensa, hay que observar pacientemente y podremos observar como se mueve el país. Ya no hay acción sin reacción y acción que sea ajena a toda maniobra política o no, posicionándose para disponer de la mejor salida, la más ventajosa. Partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales, justicia, … y un largo etc. que bien podría significar el adelanto de la campaña.
Por ejemplo, aguardan un tiempo para inaugurar, otro para denunciar, otro para plantear unas huelgas que solamente perjudican al bolsillo de los siempre y estadísticamente mas necesitados, de trabajo, de seguridad en el empleo, mientras que los sindicalistas jamás se ven comprometidos con su perdida monetaria; es curioso que siempre saltan a la palestra los casos de corrupción más significativos y alarmantes, que no sea antes o después, que siempre coincidan con pre-campaña electoral.
Somos incapaces de comprender, cuando la única arma defensiva y siempre cautelosamente aplicada ley de huelga, ahora se anuncie con meses de antelación. Entiendo que una huelga se haga de sopetón, sin previo aviso, sin notificación alguna, por supuesto que siempre será más perjudicado, a la corta, el trabajador, pues es el que más inestabilidad expone. Pero lo inexplicable del caso es que se anuncie, eso es inaudito, es como avisar del puñetazo que vas a propinar a una persona, ya solo el anuncio le previene y ya no es tan contundente el castigo, a no ser que todo sea teatro, pues resulta por todos lados inconcebible, que un gobierno se dedique a repartir a todo aquel que protesta y lo compra con sus subvenciones, prebendas y demás dispendios económicos que solamente administra del pueblo y con el sudor del de enfrente., nunca del propio.
En conclusión, el momento en que vivimos es una pura y dura campaña electoral, y vienen las promesa, las mismas que jamás serán cumplidas, como la de la Generalitat valenciana hacia a todas las futuras madres y que jamás cumplió.
Y moleste a quien moleste, siempre tenemos la controversia servida y esperada, este es mi pensamiento, ahora.
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