En mi opinión.

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Desde el pasado mes de marzo que hice la reclamación de mis derechos, conforme a la llamada Ley de Dependencia, que aguardo rehabilitándome, a que alguien de la Generelitat Valenciana entre en contacto conmigo para abonarme todo aquello que dictamina la Ley. Sin embargo no encuentro más que silencio, allá donde debería obtener una respuesta a mi mal ocurrido el pasado dia 8 de enero, donde contraí el llamado Síndrome del cutiverio, a consecuencia de un íctus cerebral.

Ahora que ya sé en mis propias carnes que es todo lo que uno pasa cuando se siente así, tengo el derecho a hablar de todo lo que esta ¿enfermendad o accidente? supone para cualquiera y lo que se agradece recibir de las instituciones diligencia para calmar y aplacar cuánto se le presenta a uno.

Tiene derechos que le son negados, como ahora mismo ocurre en nuestra comunidad valenciana, a recibir las ayudas que vienen contempladas en la ley, no es que espere recibir a la puerta de cualquier iglesia a modo de ayuda, pues no pido más que se contenple mi dignidad como persona que soy, no a que se me conceda una limosna, como es el caso de ciertas instituciones gubernamentales que se dedican solamente a recibir subvenciones y a cambio pagar inpunemente con su silencio y cuando protestan, como ahora mismo hace el CERMI, es porque se las han rebajado, porque los presupuestos generales del estado se tienen que plegar a los designios de la C.E.U. y no a las reivindicaciones realizadas por sus afiliados. Semejante actuación también se extienden por doquier en las figuras de la casi total mayoría de las asociaciones, salvo honrosas excepciones, donde sus dirigentes la única respuesta que dan a su afiliados y simpatizantes, es la espantada y luego esperan a que sus secuaces hagan un trabajo tan ruín como allanarles su camino. Y tengo algunos conocimientos del comportamiento anunciado, así como de nombres de personas idolatradas por unos don nadie que les han encumbrado después de la ausencia de persona que estaba frontalmente en contra de todas estas argucias y estratagemas. Allá éllos.

Yo conduciré por el camino que me he trazado, hasta conseguir que el coletivo de minusválidos o discapacitados o personas con diversidad funcional, como deseeis, tengan cubiertas todas sus ne cesidades, pues yo vivo de mi pensión que me la he merecido con mi trabajo anterior, por petenecer a un grupo de personas afortunadas que no han tenido, por fortuna, la necesidad de depender de estos salvapatrias.

Lo digo hoy, que es el día internacional del discapacitado, porque no pidiéndo para mí, sino para un colectivo precisado para cubrir sus imperiosas necesidades, están viéndo como unas sanguijuelas les absorben el dinero impropio, es decir el ajeno, como si de su sangre se tratase. Y también en contra de aquellos que viven descaradamente de unos esayos denominados UVIS dónde se gastan capitales considerables, de forma permanente, sin acordarse que éstas experincias han de ser exportadas a todo un colecitvo que es a quien verdaderamente corrsponde recibir.

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