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Efectivamente, la derecha prefiere a Tomás Gómez
BIOGRAFÍA
José Antonio Zarzalejos es licenciado en derecho por la Universidad de Deusto y periodista. Ha desempeñado puestos de distinta responsabilidad tanto en el Grupo Correo, primero, como en Vocento, después. Fue director del diario ABC de 1999 a 2008. Su "cuaderno de notas" pretende ser una aproximación certera a la realidad política, económica y social española e internacional.
COMENTARIO DESTACADO
José Antonio Zarzalejos - 01/09/2010
Pedro Castro, el ínclito alcalde de Getafe y presidente de la Federación de Municipios y Provincias, el mismo que insultó a los votantes del PP -“tontos de los cojones”- ha proferido una media verdad, o una media mentira. Según se mire. Tomás Gomez, ha dicho, “es el candidato de la derecha” en las primarias del PSM que le enfrentan a Trinidad Jiménez. La media mentira consiste en que Tomás Gómez no es el “candidato” de la derecha: en las municipales y autonómicas de mayo de 2011, el ex alcalde de Parla no se llevará un voto de ese sector. La media verdad es que, efectivamente, la derecha prefiere que las primarias en el socialismo madrileño las gane Tomás Gómez y las pierda, por lo tanto, Trinidad Jiménez. Así que no será raro que los medios en la órbita conservadora pujen por el secretario general del PSM.
¿Razones? Dos muy elementales. La primera y principal: si fracasa Jiménez y vence Gómez, el revolcón se lo llevaría directamente -es decir, sin intermediarios- Rodríguez Zapatero que tan patosamente se implicó en esta tosca operación digital. El secretario general del PSM dispone para la derecha española de un atractivo que definió muy bien Pérez Rubalcaba: le dijo que no al Presidente del Gobierno, desafió su autoridad, no dio ese paso atrás que le pedían los grandes popes de su partido. De manera que si gana Gómez en las primarias del 3 de octubre lo de menos será su victoria -me refiero para la derecha- sino la derrota del Presidente del Gobierno cuya autoridad -tanto moral como efectiva- habría sido puesta en la picota. De ahí a una crisis interna en el PSOE mediaría un paso y las consecuencias electorales en Madrid podrían ser devastadoras para los socialistas por la división interna que provocaría.
La segunda razón que explica la preferencia de la derecha por Tomás Gómez en las primarias socialistas resulta igualmente evidente: sería un candidato menos sólido ante Esperanza Aguirre que Trinidad Jiménez. Durante sus tres años de oposición a la presidenta de Madrid, Gómez ha sido incapaz de tomarle la medida, de arañarle electorado, de ponerla en dificultades, de explotar las posibilidades que le han brindado episodios que como el caso Gürtel ofrecían al ex alcalde de Parla la chance de articular un buen discurso opositor. Jiménez, más fresca, más simpática, con mayores recursos dialécticos y una proyección pública muy superior a la de Gómez es, sobre el papel y en las encuestas, una candidata más peligrosa para el PP. Recuerden que cuando se presentó a la alcaldía de la capital obtuvo más del 36% de los votos, mientras que su compañero Miguel Sebastián se quedó en 2003 en apenas un 30%.
Dicho todo lo cual, tanto Gómez como Jiménez son y representan, en términos ideológicos y prácticos, idénticos valores para el electorado de la derecha: productos políticos de la factoría del socialismo español que, a diferencia de otras socialdemocracias, ejemplifica el pensamiento débil. Pedro Crespo -quien conoce bien a la derecha y a quien la derecha conoce bien- ha acertado: Tomás Gómez -con su patrimonio político que consiste en decirle no al presidente del Gobierno- es, de vencer en las primarias del PSM, la esperanza de una crisis interna en el PSOE que dejaría a Zapatero colgado.
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