Ascen Echauri. EFE. Pamplona Jueves, 30 de diciembre de 2010 - 11:38 h.
El presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, considera que el año que termina solamente ha tenido algunos logros dentro de "la oscuridad de la crisis", que a su juicio "es tremenda" y va a seguir también en el 2011, ya que ha augurado que hasta el 2012 "no empezará a verse algo la luz". En una entrevista, Miguel Sanz hace un repaso al 2010 y expresa sus deseos para el 2011, un año en que dejará de ser presidente al haber decidido no presentarse a las elecciones de mayo y dar por finalizada una etapa política de la que fundamentalmente se siente "orgulloso de haber podido servir a Navarra".
Al analizar el año que está a punto de finalizar, el presidente subraya que dentro de esa "tremenda" oscuridad de la crisis "indudablemente en Navarra se alumbran algunos indicios más favorables para superar los problemas que la crisis trae consigo que los que existen en otras comunidades".
"La sombra mayor es el desempleo, que genera una serie de problemas enormes en las familias y sobre todo incertidumbres a futuro", sostiene Miguel Sanz, quien, en lo negativo, destaca igualmente "la escasa liquidez de la que disponen las entidades financieras para poder otorgar préstamos a las familias y a los inversores".
A ello suma que las administraciones públicas tienen que cumplir con los criterios de reducción del déficit "y por tanto para seguir sosteniendo el estado de bienestar no queda otro margen que el reducir algunas inversiones, aunque en el caso de Navarra han sido mínimas en relación con lo que ha ocurrido en otras administraciones del entorno".
Como contrapunto señala que la economía navarra está muy basada en la exportación "por el alto componente que otorga la empresa Volkswagen", lo que hace que la foral "siendo una de las comunidades más pequeñas en número de habitantes, es la que tiene la balanza comercial positiva mayor de España en términos absolutos, al superar los 2.100 millones de euros".
"Y esa es nuestra gran ventaja competitiva", explica el presidente, quien no olvida sin embargo que a Navarra le arrastra la situación económica de España y decisiones del Gobierno de Zapatero como la reducción del pago de primas a las energías renovables, que perjudica "considerablemente" tanto a la Hacienda foral como a los inversionistas navarros.
"También hemos tenido que pagar con dinero navarro lo que nos debe el Gobierno de España en relación con la Ley de Dependencia", en detrimento del Centro Temático de los Sanfermines, se lamenta Sanz, que defiende la labor desarrollada por su Gobierno en la lucha contra la crisis con medidas como los planes Renove, el Plan Navarra 2012 o el Plan Moderna.
"Nosotros hemos hecho lo que podíamos hacer dentro de nuestro nivel competencial", asegura Miguel Sanz, quien pese a todo, sobre el futuro de la crisis, se muestra convencido de que el año que viene "va a ser malo, más o menos similar a este". "El empleo no se va a activar en el 2011 y creo que empezará a verse algo la luz en el 2012", pronostica.
Ya en el terreno de la política, al analizar el papel de la oposición, el presidente valora la postura del PSN por aprobar junto a su partido tanto los Presupuestos Generales de Navarra como la Ley de Medidas Fiscales pero, dicho esto, cree que los socialistas "se han equivocado en este último tramo de la legislatura al no querer hacerse la foto con UPN".
"A mi me pareció que no beneficiaba nada al Partido Socialista la foto que quiso sacarse con NaBai y con IU cuando en un último quiebro hicieron una reforma de escaso calado en los tramos más altos del IRPF, porque esa misma medida podía haber sido aprobada por UPN y PSN en un proceso de negociación", opina.
Y más cuando a su entender "no sirvió de nada" que se uniera al apoyar esa enmienda con Nafarroa Bai cuando éstos luego votaron en contra de la ley de medidas fiscales, lo que para él demuestra que "no es una coalición de fiar".
"Lo que quería Nafarroa Bai en definitiva era hacerle ver al Partido Socialista que sin ellos no son nada y sin UPN tampoco", piensa Miguel Sanz, quien, sobre el CDN, afirma que primero con su apoyo a la modificación de la Ley Foral del Vascuence "se hizo el haraquiri" y después con su rechazo a los Presupuestos "se equivocó totalmente" y "perdió credibilidad". "El CDN salió del Gobierno por apoyar la modificación de la Ley Foral del Vascuence. Y que no digan más cosas porque es así", zanja.
Sobre Nafarroa Bai, opina que la coalición "tiene muchísimas dificultades porque es muy difícil coordinar ideologías muy dispares con el único nexo de unión del componente nacionalista. Y todavía es más difícil querer actuar democráticamente abriendo las puertas a una organización como Batasuna que ni condena el terrorismo ni condena los crímenes y los asesinatos que el terrorismo ha venido provocando con anterioridad", agrega.
En cualquier caso asegura que ni ve ni quiere que Batasuna se integre en esta coalición "porque sería contaminar Nafarroa Bai".
Pero tampoco vislumbra la presencia de Batasuna en las próximas elecciones autonómicas y municipales fuera de Nafarroa Bai al considerar que no hay tiempo "de aquí a mayo" para que se den las condiciones necesarias para ello.
A este respecto, apunta que no le parece "que sea suficiente única y exclusivamente con condenar la violencia y pedirle a ETA que deje la lucha armada. Hay que reconocer los crímenes que ETA ha protagonizado y lógicamente hay que pagar por ellos".
Y por cierto, apostilla, "ya vale de eufemismos y de hablar de Batasuna como la izquierda abertzale" porque Batasuna, afirma, "es conforme a sentencia de los tribunales de justicia el brazo político de ETA, mientras no se demuestre lo contrario".
Sobre ETA, asevera que no le concede "ninguna credibilidad" y por lo tanto tampoco se fía de que quiera abandonar la violencia. "Yo lo que veo es que siguen robando armas y explosivos y que siguen operando". "No lo veo tan fácil", apostilla a la hora de analizar un posible final del terrorismo.
"Hombre -reconoce, en cualquier caso- es verdad que ETA está más débil pero no por voluntad de ellos, sino por eficacia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, de la cooperación internacional y de las acciones políticas que se han llevado a cabo desde la democracia".
Por otra parte, al poner la vista en las próximas elecciones de mayo y analizar la presencia en ellas del PPN tras la ruptura del pacto que mantuvo con UPN durante diecisiete años, Miguel Sanz expresa su impresión de que los populares van a tener "muy poco éxito" porque "su objetivo de integrar a personas y cuadros con un cierto pedigrí realmente no ha calado en la ciudadanía".
Además, agrega, "UPN, que es el caladero en el que pretenden pescar, es un partido muy fuerte que está avalado por los hechos y por los resultados derivados de la política que ha venido desarrollando durante estos últimos veinte años".
En cualquier caso, advierte: "El voto que se de al PP en las próximas elecciones debilita a UPN. Y una UPN débil dificultará la conformación de un gobierno fuerte".
Pero dicho esto, y tras dejar claro que "las decisiones que se adopten después de las elecciones forales no van a recaer en mi responsabilidad", afirma que él "nunca" cierra puertas a la colaboración. "Eso si, bajo mi punto de vista, tendría que ser bajo la aceptación y el reconocimiento de que UPN es un partido autónomo para adoptar sus decisiones", condiciona.
De todas formas, el presidente se muestra convencido de que "una Navarra fuerte exige el entendimiento de los dos grandes partidos que ocupan espacios sociológicos diferentes, que son UPN y el PSN".
Pero las elecciones de mayo suponen también para Miguel Sanz el fin de su etapa política y en este momento, cuando se dispone a "Pasar página", como el título del libro que acaba de presentar, confiesa: "Me siento orgulloso de haber podido servir a mi comunidad, que es lo que más quiero".
Reconoce tener no obstante "un cierto sentimiento de frustración" por no haber conseguido el pleno empleo, que rozó en el 2007, y "dolor" por "haber dejado en el camino a dos compañeros del partido que fueron asesinados por ETA: José Javier Múgica y Tomas Caballero".
En su familia "están muy contentos y pensando que ahora puedo tener más tiempo, pero no sé si están acertando", comenta el presidente, quien, sobre su futuro, asegura: "Francamente no tengo nada concreto, y, voy a ser un poco inmodesto, no porque no tenga algunas ofertas, que las tengo, sino porque no he querido responder a ninguna de ellas y no lo haré hasta que no culmine total y absolutamente con esta etapa política al frente del Gobierno".
En cualquier caso, adelanta que no le gustaría seguir vinculado a la política, pese a que continuará como miembro del comité ejecutivo de UPN. "Aunque nadie puede decir de este agua no beberé", agrega.
Sobre la aspirante regionalista a sucederle en la presidencia del Gobierno foral, Yolanda Barcina, es rotundo: "Es una muy buena candidata, tiene una acreditada trayectoria de hechos y de realizaciones, tiene sentido político y además es muy competitiva".
Y al hilo de su sucesión se refiere asimismo al debate surgido sobre la de José Luis Rodríguez Zapatero: "Yo no puedo ser incoherente conmigo mismo. Si yo he dicho que no me voy a presentar lo normal es que piense que eso es positivo, entre otras cosas porque no creo que ayude al PSOE esta incertidumbre que ha generado en relación con su continuidad y con su sustitución".
"Yo particularmente pienso que Zapatero probablemente no se presente", desvela Sanz, quien, sin posicionarse sobre su posible sucesor, agrega que "todo el mundo ve como su sustituto a Rucalcaba, que es un político astuto, con gran habilidad, con gran agilidad mental para adoptar decisiones. Ahora, desde luego relevo generacional no hay ahí", apostilla.
De todas formas, sea cual sea el candidato socialista, Sanz piensa que en España "va a ganar el PP" y "curiosamente sin hacer nada", dice, "porque todavía todos desconocemos su programa y cuales son sus medidas milagrosas para hacer frente a la crisis económica".
"Suele decirse que las elecciones no las gana la oposición las pierden los gobiernos. Y en este caso es evidente que las elecciones las está perdiendo el Gobierno de España porque no está actuando con coherencia", apunta.
Para finalizar, Miguel Sanz expresa sus deseos para el 2011, que empiezan porque "Navarra, en este mar turbulento, siga llevando el timón y teniendo el liderazgo de la recuperación" y porque la mayoría, sino todos por ser "imposible", de los que actualmente no tienen trabajo "lo puedan encontrar".
Que UPN vuelva a gobernar es otro de sus deseos, que se completan con el hecho de que "la sociedad de bienestar se pueda sostener en el futuro".
"Yo creo que los problemas son superables y que si somos constantes y conscientes de que debemos trabajar unidos, porque ni lo sabemos todo ni podemos solos, estos deseos pueden cumplirse perfectamente", concluye.