Este preliminar que muestro en este espacio es como consecuencia de reconocer la capacidad que tienen algunos personajes cuando se dirigen a un público entregado a sus palabras, llenas de tecnicismos que se lo permiten, las mismas que durante un tiempo estuvo analizando junto a otros compañeros que como él pretendían crear un nuevo modelo de agrupar a las gentes para no dejarse guiar por viejos conceptos que actualmente se veían maniatados por su propia egolatría y la dependencia conseguida de sus relaciones con la administración.
Administración que intenta controlar por medio de unas limosnas que da a ciertas entidades que agrupan a un determinado número más o menos cuantioso de personas que, en modo de subvenciones ya les tiene pillados de por vida.
Pues bien, algunos de estos personajes han podido contemplar algo preocupados, como cierto sector o sectores de personas que se han dado cuenta de esta peligrosa relación, se han separado de ellos dejándoles con un problema que dificilmente podrán llegar a desterrar en sus vidas, a no ser que, cumplida la condena sean capaces de rectificar y saber comportarse como las personas que anteriormente llegaron a ser. Yo que tuve la feliz ocurrencia de leer ese libro de "Las tierras virgenes" aplicaré en estos casos la misma reacción que tenían delante del Gran Consejo y borraré toda actitud que me recuerde su pena. Reconoceré sus buenas cualidades, si llega el caso, y tenderé una mano al que anteriormente cayó en su gloriosa vanidad, siempre que me demuestre que está muy lejos de sentir esa dura tentación humana y trabaje aún a pesar que nadie le fiscalice sus actividades. Mejor sentir en su cogote el aliento de quién o quienes le vigilan, al objeto de no permitirle caer nunca más en la misma trampa que a buen seguro continuará intentando esta administración.
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