Ya estamos en plena vorágine electoral en donde unos y otros prometen aquello que de antemano saben que no van a cumplir jamás, pero eso no es lo que verdaderamente importa. Hemos de recibir todas sus proclamas en clave, no podemos prestarnos a escuchar sus cantos de sirena ya que es mucho el tiempo el que hemos tenido para comprobar como se comportan finalmente con nosotros.
Está claro que todos hemos de ir a emitir nuestro voto como que es nuestro derecho y no deber, sino que contando con nuestra inteligencia y observación del comportamiento de los partidos, adonde mejor hayan laborado en todo este tiempo a favor de nuestro colectivo, es a donde debieran ir nuestros preciados deseos, no a lo que nuestra barriga más o menos agredecida decida que partido nos habrá de ningunear, pues ya sea antes o después, esa es la única consecuencia válida que nos queda.
Desgraciadamente estamos en sus caprichosas manos. Hemos asistido atónitos a una mala aplicación de la conocida Ley de Dependencia, ahora no vale aquello del "...y tu mucho más", solamente hemos de comprobar quienes hayan tenido voluntad en hacerlo bien, que al parecer son bien pocos, quizás ninguno, pero en fin... no es cuestión ahora de ponerle puertas al campo, que cada cual y en aras de su conciencia, meditada y sentida, emita su voto pensando en cual es el partido que mejor lo ha hecho con el colectivo de personas diverso funcionales (discapacitados, para algunos) lo demás, ya veis vosotros, son cantos de sirena de unas personas que solo buscan sentarse en sus poltronas para vivir lo que mejor que puedan y, a ti se te visto no me acuerdo.
Quienes así se suelen comportar, son quienes más mentiras nos dicen a todos, no olvidéis que un político es lo que más tiene que cuidar, que sus embustes pasen al ser posible bien desapercibidos. Por lo general usan la demagogia para calentar nuestros oídos con palabras de nuestro agrado pero que se suelen apartar demasiado de la realidad.
Aquellos que tienen pendientes algo con la justicia, es igual que salgan límpios como si son sentenciados. Lo que nunca debieron hacer es crear sospechas, ya que cuando han tenido tanto tiempo para demostrar con pruebas fehacientes ante el Juez, no debieron nunca permitir que se desconfíe de ellos por que, ahora, todo resultará ser muy sospechoso. Nadie ha de confiar más en su mala o buena gestión, pues el pueblo ya le ha perdido su confianza. Ha preferido su opacidad a la transparencia cristalina que permite verlo de una manera mucho más clara.
No permitamos que esa gente nos gobierne pues ya nos ha demostrado suficientemente cuales son sus deseos, enriquecerse con el dinero público que hemos puesto confiando en él, ante sus manos. Manos que no han resultado ser lo limpias que todos hubiéramos deseado.
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