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No siempre resulta ser como un día cualquiera. Anoche nos reunimos los amigos con el pretexto de uno de ellos de reunirnos alrededor de una buena cena, que con gran gusto nos preparó uno de ellos, aduciendo que era para que viésemos por la TV el partido Barça-Manchester que terminó, como todos ya sabéis con el vapuleo al que fue sometido el Manchester United por el mejor equipo de la historia azulgrana con un diferenciador resultado de 3-1. El gol marcado por éste último, fue a consecuencia de una falta previa que el arbitro no apreció, y es que siempre la señalización de un fuera se juego es muy difícil asegurarla, pero esto es lo que precisamente hace que el deporte del fútbol sea diferente, aunque hemos de reconocerlo, el fútbol ya no solo es un deporte, sino que se ha transformado en lo que es, un espectáculo. Circo para todos.
Después del partido dimos buena cuenta de una buena mesa muy bien presentada por nuestro anfitrión de turno, en donde como novedad nos presentó unos magníficos espárragos blancos naturales, no eran precisamente de bote, eran preparados por el dadivoso de nuestro amigo, como un suculento plato del que debido a mi disfagia no podía saborear, pero bueno, tenía otras cosas como alternativa que no eran precisamente moco de pavo.
Tras la cuchipanda que nos metimos entre pechos y espaldas allí los amigos reunidos, conversamos alrededor de la novedad de los resultados electorales, y nosotros que formamos un perfecto arco parlamentario español, con un abanico de inclinaciones políticas que todos conformamos, aunque nos une el buen criterio de respetarnos nuestras diferencias ideológicas, llegamos a una conclusión bastante lógica.
Todos los partidos tienen un suelo y un techo político. El suelo lo conforman aquellos que hagan lo que hagan sus respectivos partidos, siempre obtendrán el voto. Lo tienen asegurado. El techo es otra cosa. Lo conforman los indecisos o los muy críticos, que de todo hay. Entonces, como esta vez parece ser que ha sucedido, aparte de la influencia que tiene el suelo de cada partido, tenemos la variación lógica que emiten los indecisos y el sector crítico entre los votantes. Así parece resultar que, cuando algunos políticos, como en el caso de Francisco Camps, del PP valenciano ha conseguido mayores escaños, se ha visto privado de más de 100.000 votos que ha perdido en estas elecciones. Es decir, el PP valenciano ha subido, pero el desprestigio de un personaje público perseguido por el caso "Gürtel" se ha visto y comprobado que le han pasado factura. En todo este desenlace mucho ha tenido que ver la reacción de una población que ha tenido que asistir a la protesta de una juventud, en su mayoría, que no sabemos muy bien, como no se ha manifestado hace algo más de dos años, pues si en Grecia con menos paro del que tenemos hoy día aquí en España, se han movilizado de una forma muy grave para aquel país, es a causa del paro, y es que en España tenemos el encubrimiento de una subterránea economía. Esa es la marcada diferencia que vimos en nuestra modesta opinión.
Indignados que ahora se han visto favorecidos por la incomprensible e indignante reacción de un responsable político catalán, quien ordenó una brutal carga policial sobre quienes se manifestaban pacíficamente, eso sí, hurgando en un mal que a todos nos afecta. Y es que en este orden de situaciones siempre tenemos quienes gana y quienes pierden, en este caso pierde el comerciante que se ve a falta de unos compradores que demuestran ser timoratos y no quieren verse, ¿molestados? por quienes allí en ese momento están ocupando la vía pública para manifestar la disconformidad que tienen con todos los gobernantes.
Esta misma agrupación de personas a la que todos advertimos una extinción conforme vaya muriéndose por inanición, si es que antes un político descerebrado no les aporta un balón de oxigeno con otra brutal carga como a la que todos nos vimos sorprendidos día pasados, que ha facilitado el alargamiento de este fenómeno social propiciado por el paro, las hipotecas y la falta de respuestas de un ejecutivo y sus opositores que no han sabido o querido resolver este problema.
La salida de escenario que hemos tenido con las palabras de Sonia Castedo, son de risa. Dice que renuncia al sueldo que tiene de alcaldesa de la ciudad alicantina, pues prefiere mejor recibir el que le corresponde como componente del Consell para el que ha resultado ser elegida. No, no es esa la cuestión. Todos convenimos en lo mismo, con inclinaciones tanto de izquierdas como de derechas, si esta señorita renuncia a un sueldo es por que la ley le obliga a ello por competencia, así pues se ha visto, no necesariamente altruista, no, lo hace porque la ley le obliga a ello, y porque prefiere verse aforada y disponer de un filtro que la aparte de sus muchas implicaciones de las que debería un día dar cuenta ante los tribunales de justicia.
Resulta tan mezquinamente evidente como denunciar el fascismo de la aviación italiana, y no reprobar públicamente, con el descubrimiento de una placa conmemorativa del bombardeo que sometieron al pueblo alicantino con resultado de más de 300 muertos , la orden recibida por un régimen traidor y fascista que gobernaba en aquellos días y que mucho nos recuerda al que ella hoy día pertenece. Y digo hoy día, porque no se si esta persona virará hacia el partido político que mejor le de aquello que un día le interese recibir.
Y tras la siempre controvertida discusión realizada entre todos nosotros, pensamos que otra vez versaremos alrededor de unas condiciones a la que todos veamos las mejores soluciones para el entendimiento del pueblo al que pertenecemos. Y es que, no importa de que color sean nuestros ideales cuando reina entre todos el deseo de que nuestra buena amistad perdure en los tiempos, la honradez y ética de todos nosotros está por encima del devenir de los tiempos.
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Después del partido dimos buena cuenta de una buena mesa muy bien presentada por nuestro anfitrión de turno, en donde como novedad nos presentó unos magníficos espárragos blancos naturales, no eran precisamente de bote, eran preparados por el dadivoso de nuestro amigo, como un suculento plato del que debido a mi disfagia no podía saborear, pero bueno, tenía otras cosas como alternativa que no eran precisamente moco de pavo.
Tras la cuchipanda que nos metimos entre pechos y espaldas allí los amigos reunidos, conversamos alrededor de la novedad de los resultados electorales, y nosotros que formamos un perfecto arco parlamentario español, con un abanico de inclinaciones políticas que todos conformamos, aunque nos une el buen criterio de respetarnos nuestras diferencias ideológicas, llegamos a una conclusión bastante lógica.
Todos los partidos tienen un suelo y un techo político. El suelo lo conforman aquellos que hagan lo que hagan sus respectivos partidos, siempre obtendrán el voto. Lo tienen asegurado. El techo es otra cosa. Lo conforman los indecisos o los muy críticos, que de todo hay. Entonces, como esta vez parece ser que ha sucedido, aparte de la influencia que tiene el suelo de cada partido, tenemos la variación lógica que emiten los indecisos y el sector crítico entre los votantes. Así parece resultar que, cuando algunos políticos, como en el caso de Francisco Camps, del PP valenciano ha conseguido mayores escaños, se ha visto privado de más de 100.000 votos que ha perdido en estas elecciones. Es decir, el PP valenciano ha subido, pero el desprestigio de un personaje público perseguido por el caso "Gürtel" se ha visto y comprobado que le han pasado factura. En todo este desenlace mucho ha tenido que ver la reacción de una población que ha tenido que asistir a la protesta de una juventud, en su mayoría, que no sabemos muy bien, como no se ha manifestado hace algo más de dos años, pues si en Grecia con menos paro del que tenemos hoy día aquí en España, se han movilizado de una forma muy grave para aquel país, es a causa del paro, y es que en España tenemos el encubrimiento de una subterránea economía. Esa es la marcada diferencia que vimos en nuestra modesta opinión.
Indignados que ahora se han visto favorecidos por la incomprensible e indignante reacción de un responsable político catalán, quien ordenó una brutal carga policial sobre quienes se manifestaban pacíficamente, eso sí, hurgando en un mal que a todos nos afecta. Y es que en este orden de situaciones siempre tenemos quienes gana y quienes pierden, en este caso pierde el comerciante que se ve a falta de unos compradores que demuestran ser timoratos y no quieren verse, ¿molestados? por quienes allí en ese momento están ocupando la vía pública para manifestar la disconformidad que tienen con todos los gobernantes.
Esta misma agrupación de personas a la que todos advertimos una extinción conforme vaya muriéndose por inanición, si es que antes un político descerebrado no les aporta un balón de oxigeno con otra brutal carga como a la que todos nos vimos sorprendidos día pasados, que ha facilitado el alargamiento de este fenómeno social propiciado por el paro, las hipotecas y la falta de respuestas de un ejecutivo y sus opositores que no han sabido o querido resolver este problema.
La salida de escenario que hemos tenido con las palabras de Sonia Castedo, son de risa. Dice que renuncia al sueldo que tiene de alcaldesa de la ciudad alicantina, pues prefiere mejor recibir el que le corresponde como componente del Consell para el que ha resultado ser elegida. No, no es esa la cuestión. Todos convenimos en lo mismo, con inclinaciones tanto de izquierdas como de derechas, si esta señorita renuncia a un sueldo es por que la ley le obliga a ello por competencia, así pues se ha visto, no necesariamente altruista, no, lo hace porque la ley le obliga a ello, y porque prefiere verse aforada y disponer de un filtro que la aparte de sus muchas implicaciones de las que debería un día dar cuenta ante los tribunales de justicia.
Resulta tan mezquinamente evidente como denunciar el fascismo de la aviación italiana, y no reprobar públicamente, con el descubrimiento de una placa conmemorativa del bombardeo que sometieron al pueblo alicantino con resultado de más de 300 muertos , la orden recibida por un régimen traidor y fascista que gobernaba en aquellos días y que mucho nos recuerda al que ella hoy día pertenece. Y digo hoy día, porque no se si esta persona virará hacia el partido político que mejor le de aquello que un día le interese recibir.
Y tras la siempre controvertida discusión realizada entre todos nosotros, pensamos que otra vez versaremos alrededor de unas condiciones a la que todos veamos las mejores soluciones para el entendimiento del pueblo al que pertenecemos. Y es que, no importa de que color sean nuestros ideales cuando reina entre todos el deseo de que nuestra buena amistad perdure en los tiempos, la honradez y ética de todos nosotros está por encima del devenir de los tiempos.
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