El conseller de Solidaridad en funciones dice ahora que «hay que pensar en fórmulas en las que los contribuyentes contribuyamos con nuestro poder adquisitivo a mantener determinados servicios»
RAFEL MONTANER
Apenas 48 horas después de que el PP comenzara a celebrar su victoria del pasado domingo en las urnas, el conseller de Solidaridad y Ciudadanía en funciones, Rafael Blasco, dio un giro de 180 grados al discurso oficial de su partido con respecto al polémico copago de servicios públicos como la sanidad o la educación. De la negativa total mantenida durante la campaña y la precampaña electoral, Blasco pasó a apostar claramente por esta impopular medida.
«Creo sinceramente que hay que empezar a pensar en fórmulas en las que los contribuyentes contribuyamos con nuestro poder adquisitivo al mantenimiento de determinados servicios públicos, salvando siempre que nadie pueda ser discriminado arbitrariamente y que los servicios se mantengan universalizados», afirmó el conseller el pasado martes por la noche en el programa «El Faro» de Popular TV.
Blasco también señaló en este espacio de opinión que dirige el periodista José Luís Pérez, responsable de Informativos de la cadena Cope en la Comunitat Valenciana, que «estamos en un momento muy crítico» en referencia a la actual crisis económica. «Estoy seguro que el presidente Camps tomará medidas concretas, por duras que sean», avanzó Blasco en su intervención televisiva, según destacó al día siguiente la web de la emisora de la Conferencia Episcopal.
Opuesto al discurso de campaña
El nuevo discurso del portavoz del PP en las Corts choca con los mensajes vertidos por Camps durante la campaña electoral, cuando ante la pregunta de si promovería el copago para hacer sostenible el Estado de Bienestar el entonces candidato y ahora presidente electo respondió: «De ningún modo. Hoy más que nunca, quien debe hacer más con menos y gestionar es la Administración, y esto no debe repercutir en el ciudadano».
Los populares, en las semanas previas a las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo, hicieron mutis por el foro en la espinosa cuestión del copago que solo fue reivindicada por el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda. En los encuentros que organizó este grupo de presión empresarial con los candidatos, Boluda reclamó ante Camps el copago en la sanidad y la educación. «El gratis total ya no es sostenible», le advirtió el naviero.
Para encontrar a algún líder del PP reivindicando el copago hay que remontarse al pasado 28 de marzo, cuando el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, se mostró favorable a que los ciudadanos asuman parte de los costes sanitarios y de educación porque éstos «no pueden ser soportados sólo por el presupuesto de una región o de una nación». «Es necesario plantear que los ciudadanos también tengan que asumir parte de estos costes, en el porcentaje que sea», dijo en un acto en Madrid en el que también estaba el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy.
Rectificación de Valcárcel
Veinticuatro horas después, ante la alarma social generada, el PP salió en tromba a sofocar el incendio. Rajoy descartó el copago sanitario «con un rotundo no», y multitud de miembros de la dirección nacional del partido — entre ellos el valenciano Esteban González Pons, Javier Arenas o la ex ministra de Sanidad, Ana Pastor, ...— juraron que su partido defiende un sistema sanitario y educativo «público y universal» e incluso el propio Valcárcel dio marcha atrás al asegurar que ha sido, es y será «contrario al copago».
Entre la marea de voces opuestas al copago que se alzó entonces desde el PP también estuvo la del conseller de Sanidad, Manuel Cervera, que resaltó que esta medida «cargaría mucho más a los ciudadanos de rentas medias y bajas que tienen dificultades para llegar a fin de mes».
Sin embargo, hasta ahora, nadie en el Partido Popular valenciano ni tampoco en la dirección nacional de la formación ha salido a corregir las declaraciones que hizo Rafael Blasco el pasado martes.
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