MI ENHORABUENA PODRÍA SER MÁS SINCERA.
Todo nos hace pensar que las estimaciones que desde hace algún tiempo se venía vislumbrando, y que pese a las ganas de cambio que abrigamos los más comprometidos con la ética y honradez de sus dirigentes, tendremos que aceptar el hecho ineludible de comprobar que los valencianos, en su mayoría, aprueban la ausencia de unos conceptos básicos de limpieza en las actuaciones de sus políticos. Aprueban el despilfarro y la corrupción de unas personas que no son de nuestra aceptación ética personal. Habrá que deportivamente aceptar los resultados. Dar la enhorabuena a unos personajes que entendemos no se merecen más que el repudio de sus ciudadanos por estar incursos en unos expedientes de corrupción y más que una evidencia de su incapacidad para gestionar los recursos que un pueblo aporta. Ganan en esta ocasión unas personas que debieran estar ya desposeídas e incapacitadas en gobernar, pues no siendo de fiar sus actuaciones (ahí están los casos de Camps, Fabra y una interminable lista de corruptos y defraudadores) sospechosas de delincuencia manifiesta.
Según cálculos realizados, tendríamos que aportar cada uno de los valencianos o residentes en la comunidad valenciana, cerca de 4.000 € para saldar la deuda que estos impresentables nos han producido. Es algo que no entra en cabeza alguna que se encuentre en sus cabales otorgar su confianza a unos presuntos ladrones, defraudadores y llenos de una ausencia de ética que siempre es preciso para desarrollar sus funciones. Más bien corresponde a un fanatismo desmesurado.
A partir de ahora tendremos que irnos acostumbrando a que nuestros hijos estudien en barracones; que nuestros enfermos sean atendidos en centros hospitalarios privados, donde sus sericios se encarecerán, permitiendo de éste modo que los públicos se vengan degradando por el desinterés en proveerlos de suficientes presupuestos.
Adiós a la esperanza de que un día se venga en aplicar correctamente la ley para la dependencia; permitimos con estos resultados empobrecernos más todavía porque la financiación ilegal de su partido, así como la corrupción actual se vea incrementada, pues es lo que el pueblo valenciano incomprensiblemente viene hoy en aceptar.
Estamos reconociendo que esta gente (por ser educados) vea reconocida su impunidad ante la delincuencia que ha ejercido y ejercerá, sin darse cuenta que es un trato absolutamente discriminatorio el que se le da. Para los valencianos la cárcel, para los políticos será la gloria pese a que se merezcan otro destino bien distinto.
En Fracesc Camps ha dejado en pañales a su compañero y contrincante Eduardo Zaplana, al haberle superado en su afán de enriquecerse a costa de un pueblo. No es que éste ultimo tenga necesidad de ir pidiendo limosnas, no, pues esta bien apañado el chico, es que simplemente este le ha ganado la batalla y desde una farmacia, que no es de su propiedad (es de su mujer, pero ya se sabe...) se ha catapultado en su ascensión hacia la riqueza.
La mentira de Rajoy de no incluir en sus listas a imputados es otra historia rocambolesca, pero todos los valencianos la hemos aprobado en el día de hoy y ya no podremos lamentarnos de ninguna de sus futuras actuaciones.
No obtienen la mayoría absoluta en algunos lugares, lo que podría acabar con la perdida de su dirección si en algún caso el PSOE hiciera coalición con otros grupos parlamentarios.
No soy votante del PPSOE, pues soy antagónico a ninguno de éstos. Mis ideas están mucho más allá de lo que cada cual quiera pensar de mí. Mis lamentos no corresponden a la simpatía que por alguno de ellos pueda llegar a sentir. Lo que me inquieta y repruebo es que se proceda con una vara distinta de medir. Estoy a favor de los presupuestos que vienen anunciando DEMOCRACIA REAL ¡YA! de acabar con el bipartidismo. No ha podido llegar a ser así, pero tampoco están tan afianzados en estos momentos. Considero que hoy y pese el alto pocentaje de participación ha resultado perdedora la DEMOCRACIA. La democracia no se merece ser gobernada por un partido sospechoso de corrupción, auto financiación ilegal, cohecho, xenofobia y otras bagatelas que le adornan de este guiso de cosas.
En fin, avanzamos muy lentamente todavía. Pero eso es lo que tenemos.
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