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Barreras arquitectónicas y sociales
Los obstáculos que encuentran las personas con movilidad reducida por la calle son infinitos: rampas imposibles, aceras no adaptadas y conductores sin respeto. Por ello, exigen soluciones.
El mes de mayo está a punto de llegar a su fin y como cualquier otro, hasta el próximo año, no volverá. Éste es un mes especial, diferente pero, sobre todo, muy significativo para una importante franja de nuestra sociedad. Se trata de las personas con algún tipo de discapacidad.
Precisamente, Rosana Fabra aprovecha estas fechas para hacer un llamamiento «para concienciar a las personas de la importancia de su civismo y para no crear más barreras arquitectónicas». De hecho, pide que «sean los Ayuntamientos los que arreglen de algún modo este tipo de barreras para que todo el mundo tenga igualdad de oportunidades o, lo que es lo mismo, que garantice el acceso a cualquier sitio de nuestras ciudades».
Añade que «la mayoría de veces, se llenan la boca diciendo que actúan de manera cívica pero sólo hace falta coger una cámara fotográfica y dar una vuelta por cualquier pueblo o ciudad. ¿Quién no ha visto nunca un coche mal aparcado encima de la acera o en medio de un paso de peatones? o ¿Quién no ha visto nunca una acera acabada de hacer y que uno de los extremos esté acabado sin rampa de acceso?». El problema además «es que todo esto no son sólo barreras arquitectónicas, son barreras sociales porque la movilidad se ve reducida a no tener libertad de movimientos».
Utilización política
A nivel político, Fabra denuncia que «este tema se usa mucho durante las campañas electorales pero, pasado ese tiempo, pasa el efecto y continuamos con lo de siempre. Hay presupuesto para algunas cosas y no para acabar con esta situación».
Añade que «cuando no se tienen en cuenta las carencias de las personas con diversidad funcional o movilidad reducida, se están recortando sus sueños ya de por sí bastante reducidos. Por ello está a nuestro alcance todo lo necesario para conseguir que los sueños de estas personas se hagan realidad y ellas mismas sean quienes puedan cumplirlos».
Mal ejemplo
Precisamente es la Policia Local de los municipios la que debe dar el mejor ejemplo a los ciudadanos aparcando donde esté permitido, teniendo en cuenta los estacionamientos destinados a personas con movilidad reducida.
Jordi García, vicepresidente de la Associació Joan Sánchez Discapacitados del Vendrell i Baix Penedès, hacía llegar una carta al Diari en la que manifestaba su «disgusto al encontrarse con varias motos aparcadas en una plaza destinada a discapacitados de Tarragona».
Pese a estar señalizado que estaba permitido a través de un cartel, García, discapacitado, considera que «podrían dar ejemplo estacionando en otros lugares y dejando ese tipo de plazas libres pase lo que pase. ¿Por qué no aparcan en la acera y dejan libre ese sitio?».
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