Sábado 16.10.2010 | Actualizado 02.29
Veinte años de trabajo por la igualdad de oportunidades
La Confederación Galega de Persoas con
Discapacidade está de aniversario. 25.000
contrataciones y más de 800 empleos
directos son parte del balance. Los retos,
muchos más
- R. LIZCANO
El presidente Feijóo entrega un obsequio a uno de los responsables de Cogami.
FOTO: Ana Varela
Algunas cosas han cambiado desde abril de 1990, fecha de constitución de la Confederación de Asociacións de Minusválidos do País Galego, que entonces agrupaba a 27 asociaciones de personas en situación de discapacidad empeñadas en la igualdad de oportunidades. Algunas de las transformaciones más básicas, aunque no carentes de significado, se han reflejado en el propio nombre de la organización, hasta llegar a su denominación actual: Confederación Galega de Persoas con Discapacidade (Cogami). El lenguaje ha evolucionado en estos 20 años, descartando la carga negativa de palabras centradas en la ausencia de capacidades o el menor valor de un colectivo, para priorizar su primera acepción, la de personas, y proyectar una sociedad abierta, enriquecida en su diversidad y dispuesta a aprovechar el talento de todos sus miembros.
En el camino también ha evolucionado la legislación, situando a los estados firmantes (España está entre ellos) ante el urgente reto de adaptar sus leyes internas a la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, el texto que, hasta la fecha, ha recogido de modo más ambicioso la obligación de los gobiernos de garantizar la igualdad de oportunidades y habilitar los mecanismos necesarios para que las personas con diversidad funcional (discapacidad) puedan ejercer su ciudadanía en todos los contextos.
Los avances están ahí, pero los cambios no llegan a la velocidad deseada. Así lo explica Anxo Queiruga, presidente de Cogami desde que en 2007 relevó al primer presidente y fundador de la entidad, Domingo Dosil. "Poco a poco las personas con discapacidad empezamos a ser visibles en todos los foros. Hace 30 años era imposible pensar en la inclusión educativa, y hoy, aunque con muchas carencias, porque hacen falta más profesores de apoyo y no está bien que los niños con discapacidad tengan que llegar a su centro educativo en un transporte diferenciado, son muchos los alumnos con discapacidad que se forman en centros ordinarios. Lo mismo ocurre con el acceso al empleo". Pese al camino recorrido, dice, la realidad es que faltan mecanismos y recursos que apoyen el cumplimiento de lo que ya está escrito en las leyes, porque "no puede ser que en el siglo XXI una persona con discapacidad sea un problema para su familia".
Trabajo: fuente de autonomía. El empleo, como factor clave para la independencia económica y primer escalón para la autonomía personal, ha sido una de las principales áreas de trabajo de Cogami desde su fundación. Desde 1996, su servicio de información laboral ha intervenido en la contratación de 25.000 personas con diversidad funcional. En paralelo, su grupo empresarial (formado por 34 centros especiales de empleo) ocupa a más de 620 trabajadores y los programas de formación mejoran la preparación de 1.000 usuarios cada año. La cara mala, añade Queiruga, es que otras 21.000 personas en situación de discapacidad siguen inscritas en la bolsa de empleo de la entidad.
La confederación celebró ayer en Santiago su acto oficial de aniversario en el Palacio de Congresos de Santiago. Echando la vista al futuro y pensando en los próximos 20 años, Anxo Queiruga formula un deseo: que en 2020 no exista ningún centro de educación especial y hayan desaparecido los centros especiales de empleo. Eso significaría, apunta, que la discapacidad no necesita espacios propios y ejerce sus derechos con normalidad en todos los ámbitos de la vida.
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