Judicialmente nos están dando gato por libre

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El Plural

ARTÍCULOS DE OPINIÓN

•  
  

• ENRIC SOPENA

  02/10/2010

Cabos sueltos

 

Judicialmente nos están dando gato por libre

 

¿Pero cómo puede el presidente de un Tribunal de Justicia ser juez y parte a la vez? Nos referimos a Juan Luis de la Rúa, presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. De la Rúa ya fue juez y parte en el caso de los trajes, protegiendo además, en otros asuntos -todos ellos relativos a la trama Gürtel- a su más que amigo, Francisco Camps, presidente del Gobierno autonómico valenciano. Ahora De la Rúa volverá a ser juez y parte sin rubor alguno después de que el Tribunal madrileño le haya traspasado la investigación de otros supuestos delitos que afectan a Camps y a algunos de sus colaboradores.

No importa que de la Rúa se negara, hace ya bastante tiempo, a investigar el affaire de la posible financiación ilegal del PP valenciano. Ni que fuera rectificado por el Tribunal Supremo, que confirmó que sí está Camps imputado judicialmente, a pesar de que él le retiró la imputación hace más de un año dejando con el culo al aire al excelente juez José Flors, el primero que puso cara a la pared a Camps. Ni importa tampoco que continúe ejerciendo de presidente del TSJCV, aunque lo haga de forma interina y en período de prórroga.
Más que un juicio, un sainete
Todo esto más que un juicio parece un sainete de pésimo gusto. Si la justicia en general no estuviera ya -en cuanto a credibilidad ante la ciudadanía- por los suelos, salvo muy honorables excepciones, esta actitud de De la Rúa la habría sumido en el pozo del descrédito más absoluto. Sin embargo, la culpa de fondo respecto a semejante escándalo, no es de Camps, que es un tipo que tiende a desconocer la ética y la dignidad y que se aprovecha de que su otro amigo del alma -el juez- le haga en la práctica de abogado defensor. Ni de De la Rúa, incapaz de inhibirse siquiera por aquello de la vergüenza torera y que da la medida de lo que nunca debería definir a un juez.
La verdadera culpa
La verdadera culpa de lo que está sucediendo a escala judicial hay que buscarla en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el órgano de gobierno de los jueces. Más allá de la buena o no tan buena voluntad de los integrantes del CGPJ, el corporativismo da la impresión de que es con frecuencia el eje vertebrador del Consejo. El consejo es conocedor de la actuación de De la Rúa, y no le han recriminado nada También habría que preguntarse cómo en ese Consejo participó, hace quince años, el juez más corrupto de la historia contemporánea, Pascual Estivill. Y preguntarse asimismo por qué el vicepresidente del Consejo es el ex consejero de Justicia del Gobierno Camps, Fernando de Rosa.
Un meapilas
Y lo peor es que ocupe el puesto de presidente del CGPS, Carlos Divas, un meapilas integrista católico, pactado entre Zapatero y Rajoy hace dos años. Este nombramiento ha sido un de los mayores errores de Zapatero. Y así nos crece el pelo. Mientras tanto, la maquinaria judicial sigue en buena parte en manos populares. Eso explica muchas cosas. Desde la caída en desgracia de Baltasar Garzón –quien, ojo, fue el primer instructor del caso Gürtel- a que De La Rúa sea juez y parte. Y que apenas nadie denuncie que nos están dando gato por liebre. O sea, aquí paz y después ¡Rajoy!

Enric Sopena es director de El Plural