Ayer se restableció el servicio de elevador de la estación de El Carrascal, de Metrosur
MARÍA ISABEL SERRANO MADRID
Frases como «somos ciudadanos, queremos ascensor» y «menos burocracia y más eficacia», han servido a un centenar de minusválidos para que, tras un mes de calvario, volvieran a tener, en funcionamiento, el elevador en la estación de El Carrascal de Metrosur, en Leganés.
Hace aproximadamente treinta días, el ascensor de esta parada tuvo una avería en el sistema de apertura y cierre de puertas. No hubo más remedio que clausurar el elevador. Así, las personas en silla de ruedas se encontraron con la imposibilidad de poder utilizar un mecanismo para bajar a la estación y los andenes ya que la citada parada dispone de escaleras mecánicas y convencionales, no de rampas.
Los afectados -unos 112, de los que la mayor parte precisa silla de ruedas-, residen en el Centro de Atención al Minusválido Físico de Leganés (Camppf), aunque también «hay algún mediopensionista», como comentaba ayer a este periódico Enrique, uno de los residentes. Todos esperaron un tiempo prudencial para que el ascensor se reparara pero, ante la tardanza, decidieron llevar su protesta hasta la estación de El Carrascal. Así, casi un mes. Ayer, al final de la mañana, vieron su reivindicación cumplida y podían volver a utilizar dicho elevador que, para ellos, era de vital importancia en sus desplazamientos.
«Parece una tontería pero, para nosotros, un mes es mucho. No podíamos ir al médico, o a ver a nuestros familiares, o al cine, o a Madrid para cualquier otra gestión. No se podía bajar en silla de ruedas», explica Enrique.
«No hemos tenido más alternativa -añadía- que trasladarnos un kilómetro y medio por la calle hasta llegar a la parada de Metro más cercana, que era la de Julián Besteiro, para bajar en ascensor. Ahora ya está arreglado el de El Carrascal. Una maravilla. Y un descanso», asegura Enrique.
Obstáculos burocráticos
Todo hacía pensar que este problema estaba muy cerca de zanjarse. Ayer mismo, fuentes de Metro explicaban que «el arreglo es cuestión de muy poco» porque, según las mismas fuentes, el ascensor se había averiado, en efecto, hace un mes pero «Metro lo arregló a los dos días».
Desde Metro también señalaron que la demora se debía a cuestiones burocráticas. Por lo visto, una vez que quedó solucionado el problema de cierre y apertura de la puerta del elevador, era necesario que el Ministerio de Industria emitiera una nueva orden de funcionamiento. Este «ok» suele tardar treinta y nueve días, plazo que, por otra parte, estaba ya muy cerca de agotarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario