El gobierno de Berlusconi ya tiene preparado el decreto-ley de urgencia, que vendría a reafirmar la cadena perpetua de Eluana Englaro.
Lleva 17 años encarcelada en sí misma sobre una cama, atada contra la voluntad de los suyos, conectada a una serie de aparatos y cables que perpetúan su no-vida... su mecánica, artificial y falsa no-vida.
Su pena podría prolongarse, quien sabe si otros 14 años, para sufrimiento de todos, gracias a Berlusconi, al Papa y a la inpía corte de hipócritas que hablando de piedad, nos quieren al modo de sus mártires llagados y dolientes, a imagen y semejanza de su San Sebastian, su San Pedro o del propio Jesucristo. Qué perversión.
La italiana, que ha pasado en coma irreversible más de la mitad de su vida, iba a dejar de "existir" para "pasar a una dimensión más humana", según el propio padre de la joven. Los médicos también estaban dispuestos a aplicar la eutanasia (del griego, buena muerte) a la paciente.
Sin embargo, el gobierno conservador de Berlusconi, impulsado por sus sádicas filias religiosas y las del Vaticano (cuya influencia transciende la turística plaza y las entidades bancarias que configuran el Estado teocrático), prefiere seguir ejerciendo una violencia inhumana sobre la joven, contra la familia, contra la razón.
También contra los derechos humanos, pues en palabras del compungido padre de la chica, "Eluana ha sido violada repetidas veces, se ha invadido su cuerpo contra su voluntad y la nuestra".
Poco más hay que añadir. Quizás un "descanse
en PAZ" ojalá sea así, Eluana.
Fuente:
Reflexiones progresistas.
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