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Si no salvo mis ideales, no me salvo a mi.







maito:%20msierrahoyos@gmail.com







































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jueves, febrero 26, 2009

Quico, un estudiante ciego.



Personas discapacitadas? No. Personas con otras capacidades

Playa del pueblo de QuicoQuico es un estudiante ciego.

¿Entonces un discapacitado?

Eso pensaba yo de los ciegos antes de conocer a Quico.

Ahora, ya no.


Al lado, la playa del pueblo de Quico




Quico se incorporó en la Universidad y a mis clases de Contabilidad el curso 2004-2005, penúltimo antes de jubilarme. En todos mis años de profesión, era la primera vez que me tocaba tener un alumno con sus características y la cosa, evidentemente, me preocupó. Siempre he tenido muyclaro que es el profesor quién debe adaptarse a los alumnos y no al contrario.

Entonces, había pasado todo el material a diapositivas de POWERPOINT. O sea, que en mis clases, la vista ocupaba un papel fundamental. Su protagonismo era mayor, si cabe, que el de las explicaciones verbales, que muchas veces recortaba por considerar que no hacía falta decir lo que se veía en la pantalla. Éste era uno de los problemas que debía de afrontar. Con un alumno privado de la vista, no podía abreviar las explicaciones. Más al contrario: convenía, por una parte, que me extendiera en ellas, y por otra, que leyera todo cuanto los otros estudiantes veían.

Otro problema, al menos a mí me parecía, es que, sin percatarnos, en el lenguaje coloquial solemos utilizar expresiones que pueden resultar ofensivas, o al menos molestas, para estas personas. No me perdonaría nunca a mí mismo, ser la causa del fracaso o abandono de las clases por parte de Quico porque se sentiera molesto o agredido. Aunque fuera sin querer por mi parte.

Afortunadamente, supe de Quico antes de que las clases comenzaron, y eso me dio tiempo para tomar conciencia y prepararme psicológicamente.

Nadie me avisó que tendría una alumno ciego. Como lo supe? Gracias a ésa herramienta pedagógica maravillosa de la Universidad de Alicante llamada Campus Virtual, que tiene un montón de virtualidades, valga la redundancia. Puede que algún día le dedique un post. Se lo merece.

El Campus Virtual permite a los profesores saber de los alumnos en el mismo momento que se matriculan. El profesor tiene acceso a su expediente a través de la mencionada herramienta. Aprovechando esta posibilidad, desde hacía unos pocos cursos había tomado la costumbre de ponerme en contacto con mis alumnos antes de que las clases comenzaron. el objetivo era romper la frialdad de los primeros días.

Al telefonear a casa de Quico y hablar con su padre, me enteré, no sólo de la circunstancia, sino también de los aspectos operativos, como eran los medios que la ONCE ponía a mi disposición para el desarrollo normal del curso (magnífica su labor de soporte, puedo dar testimonio).

Todos mis temores, todas mis dudas, todas mis prevenciones, se desvanecieron con el inicio de las clases. Quico resultó ser uno de los mejores alumnos que he tenido. En todos los aspectos. Perfectamente integrado, atento, más listo que un demonio. Cuando cualquiera de sus compañeros hacía una pregunta o pedía una aclaración, antes de que a mí me diese tiempo en contestar, ya había saltado Quico: “Recuerda, Josep, o Jaume, o Lídia, que Salvador el otro día nos dijo...”. A mí sólo me restaba darle la razón (sus intervenciones siempre eran acertadas), y completar la explicación si había lugar.

Sólo dos estudiantes no faltaron ningún día a clase durante todo el curso. Uno de los dos fue Quico. Y eso que venía de fuera de Alicante.

En una ocasión el acompañé hasta el autobús. Por el camino me dijo: “Sabes, Salvador, como se yo donde se encuentra el paso de cebra? Voy arrastrando mi bastón por el borde de la acera hasta notar que el resalte está rebajado. Aquí está.” Si considero a todos mis alumnos una fuente de sabiduría y enseñanza, Quico ha sido un río.

Después de conocer a Quico, he llegado a la conclusión, que en los equipos de trabajo que se forman con personas de diferentes capacidades buscando aumentar la potencia del conjunto, no debería de faltar un ciego. Aporta aspectos al equipo como nadie más puede hacer.

Salvador Molla Cots

(Texto original en catalán)


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