Miércoles 10 de noviembre de 2010
Diversidad
funcional
FRANCISCO GUTIÉRREZ
En el día de ayer se celebró, en Alhaurín de la Torre, la primera Jornada sobre Sensibilización y Diseño Universal, organizada por la Asociación de Personas con Movilidad Reducida, que contó con la colaboración de nuestra oficina y el ayuntamiento de dicha localidad. En el trascurso de la misma se ha debatido sobre la eliminación de barreras arquitectónicas y la construcción de ciudades accesibles y habitables para todas las personas, con discapacidad o sin ella, siendo este uno de los temas que más ocupa y preocupa al conjunto de las defensorías y uno de los motivos de queja que llegan a nuestra institución. Su importancia no es tanto cuantitativa como cualitativa, por lo que representa de no discriminación e igualdad real entre todos los ciudadanos y ciudadanas.
Es cierto que en las últimas décadas, hemos asistido a un importante cambio en la concepción de la discapacidad, pero aún queda mucho por hacer, porque es un problema profundo de organización y sensibilización de la sociedad y de los poderes públicos. Los planteamientos tradicionales, centrados en la asistencia y la caridad, se han ido sustituyendo por otros que destacan mucho más la identificación y la eliminación de los diversos obstáculos para la igualdad de oportunidades y la plena participación social. Por ello, si se modifica la forma en que se organizan nuestras sociedades, se puede reducir considerablemente e incluso eliminar los obstáculos a los que se enfrentan las personas con discapacidad, podemos decir que el buen diseño en la planificación de los edificios, los sistemas de transportes, los centros educativos o las infraestructuras sirven para integrar y capacitar al conjunto de la ciudadanía, por el contrario, los malos diseños que se siguen produciendo en la actualidad, permiten seguir discriminando a sectores muy importantes de la población con diversidad funcional.
Como se ha puesto de manifiesto en la jornada, no es un problema de ordenamiento jurídico; nuestra Constitución en varios de sus artículo, la Ley 51/2003 de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal o el Estatuto de Autonomía para Andalucía, recogen preceptos de no discriminación por razón de discapacidad. Pero las normas sirven de poco si no son asumidas y practicadas por el conjunto de la ciudadanía y las administraciones públicas y es aquí donde radica el problema, ser conscientes de que una persona con diversidad funcional no es un disminuido, ni un minusválido ni un incapacitado, sino un ciudadano titular de derechos y obligaciones en igualdad con el resto de las personas. Jornadas como la referida sirven para seguir avanzando por este camino.
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