Estamos asistiendo en estos momentos, a un intenso bombardeo periodístico, de todo lo bueno y lo malo que está haciendo el PP, en la Comunidad Valenciana, como consecuencia de la implicación en el “Caso Gürtel” o Correa, que es lo mismo, del presidente de la Generalitat Valenciana, Sr. Camps.
Quienes seguimos con interés el desenlace de todos estos acontecimientos, ideologías políticas, que cada cual alineado con sus simpatía o preferencias, estamos que no podemos creérnoslo, estamos todos deseosos de que por una vez, al fin, el Sr Camps rompa en mil pedazos todas estás dudas que nos han metido en el cuerpo, pues ya no influyen para nada los colores que tengamos, es que queremos, deseamos esclarecer la verdad que siempre nos enseñaron para ser unas personas honradas y nuestra ética moral es incapaz de aceptar.
No acertamos a entender los ríos de tinta que se han formado con esta situación, que de no ser cierta, hubiera sido suficiente con presentar justificación fehaciente de los gastos, ya que lo de menos en sí, es el recibir un regalo que todos, en una forma u en otra agradecemos y nos hace ilusión recibir, pero claro, una cosa es recibir unos regalos, otra bien distinta es aceptar algo que busca desaforadamente el contrato de algo que tal vez se haga y si existe corrupción de por medio, que parece ser que si pudiera existir, entonces estaría castigado por Ley, a abandonar su cargo y responsabilizarse, personalmente de sus culpas.
Seguimos expectantes ante tantos dimes y diretes como hace la clase política cuando se siente amedrantada por su descubrimiento, pero nosotros no queremos dejar pasar que miles de personas han fallecido y las que quizás lo haga, de persistir una situación que alarga ya cerca de , hace cuatro años, la aplicación de una Ley que se presentó como el cuerto pilar del bienestar español, y la realidad viene siendo otra muy distinta, llegando a la indefensión de unas personas, una más que otras, necesitadas de cubrir los gastos que su enfermedad producen diariamente y que, a la vuelta de una esquina cualquiera puede encontrarse con una silla de ruedas dispuesta repentinamente para él, conforme le sucedió un día a quien les esta redactando esta denuncia que hago pública por esta pequeña voz que significa su amable lectura.
Solamente nos falta aceptar, sea cual fuere nuestro ideario político, que se nos siga la verdad de una sola vez y que se comience a aplicar ¡YA! la Ley que ahora nos están ninguneando, unos y otros, da igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario