Sábado 13 de noviembre de 2010
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Lo veo venir
01:25
LUIS SEGOVIA LÓPEZ *
Sin inmutarse, la alcaldesa Sonia Castedo, ha reconocido en locución televisada que se fue de vacaciones en el yate del constructor Ortiz, durante el proceso de elaboración del PGOU. Ante la imputación de que le daba información privilegiada sobre dicho plan general, lo que pudo posibilitar la compra de solares que iban a revalorizarse, declara que lo hacía en virtud del artículo 83 de la Ley Urbanística Valenciana que dispone: durante la redacción técnica del PGOU el Ayuntamiento "formulará consultas y formalizará acuerdos con otras administraciones o entidades representativas de los colectivos ciudadanos particularmente afectados, reflejando su resultado en el expediente", y que Ortiz como representante del Hércules tenía interés en la zona que se trataba de planificar. Dos pequeños detalles: ni Ortiz (aunque tenga yate como oficina para las consultas o acuerdos urbanísticos) es entidad representativa de colectivo de ciudadano alguno (sólo el mayor accionista del Hércules, sin representación orgánica en dicha entidad); ni los resultados de consultas ni acuerdos con la entidad Hércules o con el constructor Ortiz constan reflejados en el expediente urbanístico que exige el citado artículo 83 de la LUV.
Se preguntarán los ciudadanos si será suficiente para que la alcaldesa dimita o su partido la haga cesar, ante la posible comisión de un delito de cohecho, al recibir como concejal de urbanismo una dádiva por persona constructora interesada en un plan urbanístico -aunque no consiguiera nada de lo que pretendía, en frase de la propia alcaldesa-, y de otro delito de dar oculta y secretamente información privilegiada al señor Ortiz, constructor que tiene más del 50% de los terrenos urbanizables y el 75% de las contratas de servicios municipales. Pues me temo que no va a pasar nada de eso, y que se presentará a las próximas elecciones como si tal. Y a hechos semejantes me remito.
El PP hace tiempo que estaba soliviantado y decía a los cuatros vientos que después de ruines denuncias y querellas por supuesto cohecho contra el que fue su presidente del cabildo de Gran Canaria, señor Soria, fue declarado inocente de todos los cargos por la justicia. En el mes de agosto del año 2005, el señor Soria, siendo presidente del Cabildo de Gran Canaria, realizó diversos viajes de forma gratuita en el avión privado del empresario noruego multimillonario Bjorn Lyng, presidente del Grupo Anfi Internacional, que había presentado una solicitud para que dicha corporación local informase a favor de la declaración de interés general de un importante proyecto turístico que deseaban llevar a cabo, y en el año 2007, el señor Soria, ya como parlamentario, votó a favor de la declaración de interés general del mencionado proyecto turístico de Anfi Tauro. Los viajes gratuitos se realizaron cuando estaba en trámite el expediente urbanístico, consistiendo en un desplazamiento del señor Soria y su cónyuge en avión privado del señor Lyng, desde Gran Canaria hasta Salzburgo a oír un concierto, y allí propuso el señor Lyng que les acompañaran a Noruega donde iba a pescar, pero como no quería ir la esposa de Lyng regresaron a Gran Canaria y, por último, un viaje en el mismo avión, del matrimonio Soria-Benítez más un hijo de éstos aprovechando la cosa, desde Gran Canaria hasta Noruega. El viaje está valorado en 1.500 euros cada hora de vuelo.
Con estos datos probados, la magistrada instructora delegada del Tribunal Superior de Canarias dictó un auto de sobreseimiento libre con el siguiente razonamiento: "La invitación efectuada al señor Soria para que acompañara al señor Lyng en su avión no se acredita que constituyera un acto premeditado, sino que surgió como consecuencia de la invitación del músico Justus Franz a los señores Lyng y Soria y a sus respectivas esposas para que acudieran a presenciar el concierto que aquél iba a dirigir en la ciudad de Salzburgo, y es importante resaltar a este respecto que no es que el señor Lyng pusiera a disposición del señor Soria su avión o acordara fletar el mismo para el uso exclusivo del matrimonio Soria-Benítez, sino que lo que hizo fue invitarles a que lo acompañaran pues, independientemente de la aceptación o no del señor Soria, el señor Lyng iba a acudir al concierto desplazándose en su avión".
Apela el querellante, una asociación de juristas, y el fiscal dice que los hechos constituyen el delito de cohecho, la dádiva de un viaje de tal categoría, aunque el constructor tuviera o no decidido volar -por tanto nada de inocente, como alegaba el PP-; pero el fiscal informó que procedía el archivo por prescripción, pues aunque la querella se interpuso antes de que prescribiera, el juez de instrucción tardó varias semanas en admitirla, cuando ya había prescrito el delito, según la nueva teoría del Tribunal Constitucional que para salvar a Botín, cambió la tesis de que se interrumpía la prescripción al presentarse la querella, por la de la admisión del juez instructor, por lo que queda en manos del juez que se prescriba o no un delito. Cambien el avión privado de Lyng, por el yate de Ortiz y adivinarán el resultado. Ya lo decía mi inolvidable amigo el fiscal Miguel Gutiérrez: el Código Civil es para los ricos, el Código Penal para los pobres.
* es Magistrado jubilado y profesor de la U.N.E.D. de Elche (Alicante)
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