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Días pasados ingresaron en una clínica privada a la madre de una buena amiga mía. Pese a que está esta buena señora igualada en élla, fue tratada de forma vejatoria por un grosero galeno que todo lo achacaba a la edad de la señora. No es el caso de su hija que está en la Seguridad Social, ella al igual que yo tiene sus espaldas mejor cubiertas, pero claro, la señora es de las que se creen que la privada es siempre mucho mejor, gran equivocación, a mi me salvó la pública y nunca lo hubiese conseguido la privada ya que a esta no le importa la paciente, solo aspira a aligerarla de unos recursos que ofrece en compensación a unos servicios que no recibe, pero esto es lo que hay. Al igual que esta persona que confía en la bondad de la medicina privada, existen muchos otros conocidos equivocados. ¡Yo no quiero para nada a la privada! Bendita Seguridad Social. Luchemos por ella. Que jamás la privaticen como a nuestras espaldas lo procuran unos indocumentados que solo quieren quieren nuestros dineros. ¡No nos arrepintamos de luchar por ella!
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