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LOS PEPINOS
de César Manuel Rubio Aracil, el Viernes, 03 de junio de 2011 a las 22:54 (Facebook)
Unos días antes de que la bacteria asesina E. coli (ECEH) se llevase por delante a unas cuantas personas en Alemania, le pronostiqué a mi mujer:
-Mari, verás cómo Zapatero carga con la culpa de los pepinos contaminados.
-¡Hombre, no lo creo! ¿Qué culpa puede tener el Presidente en este caso?
En este caso y en toda circunstancia, la responsabilidad de cualquier suceso negativo tiene que ser atribuida necesariamente al señor Rodríguez Zapatero. Aparecerán en escena Dª Mª Dolores de Cospedal, el señor Arenas, el señor González Pons , el ilustre Coordinador de Economía del PP, D. Cristó0bal Montoro, Dª Ana Botella (ave María purísima), D. Federico Trillo y otras excelencias más, hoy por causa de los Cucumis sativus y mañana podrá ser porque al señor Rajoy le ha haya salido un golondrino en el sobaco o un forúnculo en el salvohonor.
Así las cosas, y dado que en este país nos distinguimos por ser tan inteligentes -sobre todo en materia política-, Alemania estará que se parte de risa escuchando las diatribas contra Zapatero por parte de algunos medios de comunicación y de ciertos ciudadanos de mentalidad estrecha. Porque, además de lo dicho, en vez de cargar las tintas contra la precipitación germana por atribuir a España una grave responsabilidad que no ha merecido, la oposición arremete contra el Jefe, ¡toma ya!, con el aplauso incondicional de sus domésticos y voceros de a pie. Total, el pepino, como era de esperar, para Zapatero. Yo voy a plantar una calabaza con la semilla del talento de Rajoy, a ver si de esta manera ponemos cordura en este país de politiqueros. Y si no –mucho mejor, fácil y práctico-, elijamos Presidente a cualquiera de los buenos políticos catalanes que todavía, a estas alturas de la democracia, no ha catado la Moncloa. Porque para andar como andamos, a pepinazos, merece la pena escuchar otra música; por ejemplo, la sardana.
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