Resulta, cuando menos, inconcebible.

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Diariamente he de asistir a un centro de daño cerebral en Elche, por supuesto que realizo el viaje en una ambulancia para la ida, otra diferente cada día lo hace de retorno. En uno de los viajes y conversando amigablemente con el conductor de uno de los trayectos descubrí que deseaban conservar el trabajo contra viento y marea, pués había larga cola de personal deseando que se produjera una vacante, de este modo no era conveniente plantear ningún problema, mucho menos protestar por la manera inhumana al realizar diariamente más de 12 horas, alguna veces, pero por lo general un mínimo de 12. Algo me hace pensar que eso no resulta del todo legal, pero... El caso es que las cosas y en los últimos tiempos iban de mal en peor. Reducción de servicios nocturnos al máximo posible, realización de servicios con gran rapidez y sometidos siempre a una presión inusual, horas de comida imprevistas, etc.

Yo escuchaba y manifestaba mi desacuerdo con las formas que la patronal imponía y eran aceptadas por la administración incomprensiblemente. Ella, la Generalitat valenciana había reducido sus aportaciones dinerarias, ya comenzaba a imponer unos recortes ante la imposibilidad de llegar a todas partes, eran lentejas aquello, supongo. El caso es que los conductores trabajan un poco a disgusto por las condiciones impuestas. Si bien la Generalitat valenciana reducía drásticamente su presupuesto, era el patrón quienes sometía a realizar un servicio peor, más masificado hasta el punto de establecer unos circuitos en donde, a lo mejor, el trayecto le podría salir al cliente por una duración muy superior de tiempo que el verdaderamente necesario. Para recoger a un pasajero de Aspe, el que lo hacía desde Alicante tenía que ir a este lugar antes de dejarlo en Elche. Otros debían ir desde esta ciudad a recoger a pasajeros de Santa Pola para juntos realizar el trayecto hasta llevarlos a todos a Alicante. Es decir, lo que se podía realizar en un cuarto de hora, por la ambición del negocio y poder así llegar a todas las demandas de servicio, según que días, teníamos que convertir en un viaje de mas de hora y media de trayecto. Como si transportásemos otra mercancía. Y a la administración que más le da...  paga ella y no el cliente transportado.

Lo que más me llamó poderosamente la atención fue el agrupamiento, a veces tan irracional, para llegar a cumplir con todas las demandas a pesar de lo absurdos de los trayectos, y chitón, paga la administración y no yo, que caramba. Es exactamente lo mismo que cual será la razón de viajar de los ilicitanos a los hospitales de Alicante, y el de los alicantinos que acuden a los hospitales ilicitanos, es que no podría establecer la administración unos criterios diferentes y agrupar, en lo posible, a todos los clientes por poblaciones de forma que los alicantinos acudan a esa ciudad y los ilicitanos a Elche como es lo normal, de acuerdo que en el caso de los de la Vega Baja tengan que asistir a Elche y a pesar de tener Torrevieja y Orihuela servicios sanitarios, pero ese trasiego diario y en contrapunto?...

¡Que viva el dinero del contribuyente, que no sale nunca del bolsillo del contratador, en este caso la Generalitat valenciana! no es de extrañar que todo esté saliendo manga por hombro...

Seguramente cualquier niño de corta edad lo haría mejor que el Conseller de Sanitat, que les voy a decir...


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