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Si no salvo mis ideales, no me salvo a mi.







maito:%20msierrahoyos@gmail.com







































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martes, junio 14, 2011

La carencia de ética o el suspenso parlamentario.

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Hemos acudido éstos días a un clamor popular donde se pedía, exigía que los políticos fueran desposeídos de sus prebendas y oras preerogativas, amén del descomunal suelo que recibían estando en activo, por sus asistencias a diversas reuniones de comisión, que la mayoría de veces les servían para echar una cabezadita, o mejor dicho, dormir.

Es por esa circunstancia que traemos hoy a esta Webblog con el ánimo de rememorar una bonita poesía que fue escrita a mediados del siglo diez y ocho, y hoy en día sigue siendo, en la mayoría de los casos de extremada vigencia.




ESTE VERSO FUE ESCRITO EN EL SIGLO XVIII
y la vigencia no se pierde


DÉJAME DORMIR, MAMÁ


Hijo mío, por favor,
de tu blando lecho salta.
Déjame dormir, mamá,
que no hace ninguna falta.

Hijo mío, por favor,
levántate y desayuna.
Déjame dormir, mamá,
que no hace falta ninguna.

Hijo mío, por favor,
que traigo el café con leche.
Mamá, deja que en las sábanas
un rato más aproveche.

Hijo mío, por favor,
que España entera se afana.
¡Que no! ¡Que no me levanto
porque no me da la gana!

Hijo mío, por favor,
que el sol está ya en lo alto.
Déjame dormir, mamá,
no pasa nada si falto.

Hijo mío, por favor,
que es la hora del almuerzo.
Déjame, que levantarme
me supone mucho esfuerzo.

Hijo mío, por favor,
van a llamarte haragán.
Déjame, mamá, que nunca
me ha importado el qué dirán.


Hijo mío, por favor,
¿y si tu jefe se enfada?
Que no, mamá, déjame,
que no me va pasar nada.

Hijo mío, por favor,
que ya has dormido en exceso.
Déjame, mamá, que soy
diputado del Congreso
y si falto a las sesiones
ni se advierte ni se nota.

Solamente necesito
acudir cuando se vota,
que los diputados somos
ovejitas de un rebaño
para votar lo que digan
y dormir en el escaño.

En serio, mamita mía,
yo no sé por qué te inquietas
si por ser culiparlante
cobro mi sueldo y mis dietas.

Lo único que preciso,
de verdad, mamá, no insistas,
es conseguir otra vez
que me pongan en las listas.

Hacer la pelota al líder,
ser sumiso, ser amable
Y aplaudirle, por supuesto,
cuando en la tribuna hable.

Y es que ser parlamentario
fatiga mucho y amuerma.
Por eso estoy tan molido.
¡Déjame, mamá, que duerma!

Bueno, te dejo, hijo mío.
Perdóname, lo lamento.
¡Yo no sabía el estrés
que produce el Parlamento!



Fray Junípero Serra (1713 - 1784) Religioso franciscano español.
Escrito por este franciscano a mediados del siglo XVIII

valoren su vigencia

Al parecer, ya se está removiendo un poco la descomunal diferencia existente entre la realidad de un país en crisis y las desvergüenza parlamentaría que permitía ésta grotesca y lamentable escenificación de la falta más absoluta de ética en nuestros parlamentarios.


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