Se trata de una nueva técnica que permite una recuperación más rápida de la persona intervenida
EFE
Un equipo multidisciplinar del Hospital General de Alicante ha implantado con éxito a seis pacientes las primeras prótesis valvulares cardíacas, una nueva técnica que permite una recuperación más rápida de la persona intervenida sin necesidad de parar el corazón.
El equipo médico, formado por anestesistas, cardiólogos, hemodinamistas, radiólogos, cirujanos cardíacos, perfusionistas, enfermeros-as, está coordinado por el jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular, el doctor Patricio Llamas Juan.
Según un comunicado de la Generalitat, estos facultativos han implantado las primeras prótesis valvulares cardíacas en posición aórtica en el Hospital General de Alicante con la utilización de una nueva técnica, minimamente invasiva, que permite practicar las intervenciones sin el empleo de circulación extracorpórea y sin necesidad de parar el corazón.
La estenosis de la válvula aórtica es una patología valvular degenerativa cada vez más frecuente como consecuencia, sobre todo, del envejecimiento de la población que empeora de manera progresiva la calidad de vida del paciente, con un riesgo alto de fallecimiento a corto-medio plazo sin tratamiento.
El empleo sólo de medicinas no es suficiente y su único tratamiento eficaz ha sido, hasta recientemente, la intervención abierta con el empleo de circulación extracorpórea (uso de una máquina que actúa como corazón y pulmón) y parada cardíaca para sustituir la válvula dañada por una prótesis cardíaca artificial.
Muchos pacientes, debido a su avanzada edad, dificultades técnicas o elevado riesgo quirúrgico, no son candidatos para cirugía abierta y sólo con tratamiento médico tenían muy mala calidad de vida y elevada mortalidad a corto plazo.
Este grupo ahora puede ser valorado para la aplicación de la nueva técnica y serle ofrecida a aquellos pacientes con una expectativa y calidad de vida razonables.
Dicha técnica, llamada implantación de prótesis aórtica transcáteter puede realizarse por dos vías: transfemoral o transapical, ambas con anestesia general.
"Hemos intervenido recientemente a seis pacientes con muy elevado riesgo quirúrgico, cuatro por vía transfemoral y dos por vía transapical, obteniendo muy buenos resultados", ha dicho el coordinador del equipo multidisciplinar.
Se trata de una técnica menos agresiva que la cirugía abierta y el procedimiento puede durar entre 60 y 90 minutos.
Si no hay complicaciones, la recuperación es más rápida que en cirugía abierta tradicional, sobre todo teniendo en cuenta que se aplica a pacientes sin otras alternativas.
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