Una discapacitada reclama a Pimesa
diversos arreglos para poder vivir en su
piso adaptado.
La empresa pública asegura que la vivienda se ajusta a la normativa.
La madre de la joven afirma que los cuartos de baño y la habitación no reúnen los requisitos necesarios.
V. L. DELTELL
La habitación de matrimonio no dispone del espacio suficiente para maniobrar. Tampoco son correctas las distancias en los aseos y el plato de ducha tiene un escalón insalvable. El piso de protección oficial que Pimesa construye para la hija de Ana en el número 40 de la calle Antonio Ripoll Javaloyes no está adaptado a personas discapacitadas. Así lo asegura la madre de una joven que, por su minusvalía, se mueve con una silla de ruedas. La empresa municipal no es de la misma opinión.
Según el gerente de Pimesa, Antonio Martínez, "nosotros ejecutamos un proyecto con los requerimientos técnicos que requieren las normativas, ajustándonos a ellas para que la Conselleria de Vivienda apruebe la obra". Pero sus explicaciones no son suficientes para una madre molesta con la Administración. "Estamos conformes con los pasillos y las puertas, que sí se adecuan a los requerimientos de una persona minusválida, pero los aseos no". Según Ana, el inodoro "está pegado al lavabo. Éste debería ir sin pie para que desde una silla de ruedas se pueda acceder al agua".
A su vez, el plato de ducha "tiene un escalón que una persona minusválida no puede salvar". Esta mujer añade que "la ducha debería tener el suelo corrido". Además, en la habitación principal "no se puede maniobrar por el escaso espacio que han dejado entre la cama y la pared, por lo que habría que correr el tabique unos centímetros para que mi hija pueda pasar con la silla de ruedas".
Esta madre reclama a Pimesa que solvente todos estos inconvenientes a su cargo, ya que "una vivienda para discapacitados debería estar adaptada". Su piso es uno de los diez que Pimesa está construyendo para personas con minusvalías en su promoción de viviendas protegidas de Altabix, "y me consta que en otro caso se han hecho todas estas reformas que también precisa mi hija".
El final de obra está cercano y, por ello, el gerente, Antonio Martínez, asegura que "ahora no podemos hacer nada". Las demandas han llegado tarde y "no podemos introducir modificaciones en ese proyecto ya prácticamente finalizado. Los pisos están terminados, ya han pasado la inspección de los técnicos municipales y ahora sólo falta la inspección de la Conselleria".
Solicitud anterior
El responsable de la empresa pública Pimesa asegura que "si las mejoras se hubieran solicitado en fase de construcción se podía haber estudiado cada una de las particularidades de esta persona". Sensible a este problema, Antonio Martínez señala que "todos los pisos cumplen con la normativa en espacios, distribución de los sanitarios, etcétera. Luego es cierto que algunas personas, por la particularidad de su minusvalía, pueden necesitar algo distinto, pero eso no puede correr a cuenta del promotor".
El gerente de Pimesa recuerda el caso de una persona que, al ir en silla de ruedas, pidió que no le colocaran los armarios elevados de la cocina. "Hicimos lo que pidió, pero en una fase anterior a la que nos encontramos".
La firma de las escrituras está prevista para el mes de febrero, según asegura la madre de la discapacitada, que no puede entender "cómo es posible que se destinen viviendas de protección oficial a personas discapacitadas sin tener realmente en cuenta cuáles son sus necesidades".
Además de la queja de Ana, Pimesa cuenta con otra dirigida por una persona que sufre parálisis en la mitad de su cuerpo. "Él tampoco puede salvar el escalón de la ducha", afirma la mujer. Algo tan sencillo y que en obra tiene fácil solución "quieren que ahora corra de nuestra cuenta. No es justo", concluye Ana.
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