Nacional
La Constitución española celebra sus 30 años sin fecha para la renovación
- La Constitución española de 1978 cumple treinta años.
- Treinta años en los que España ha evolucionado pero no así la Carta Magna. En tres décadas sólo ha sufrido un leve retoque.
- Muchas son las voces que han apostado por la necesidad de introducir reformas en el texto constitucional.
- Según el barómetro del CIS, casi el 53 por ciento de los españoles opina que debería reformarse en alguno de sus puntos.
- Varios de los protagonistas de la Transición avalan también la reforma como Fraga, Carrillo o Anasagasti. Todos coinciden en que la Constitución sigue "sirviendo", pero que sería necesario modificarla para adaptarla a los nuevos tiempos.
- El Senado y la sucesión a la Corona serían los principales puntos a reformar. Por Leticia Álvarez Hernández.
CNN+. Leticia Álvarez Hernández. La Constitución española de 1978 cumple treinta años. Durantes estas tres décadas han sido muchas las voces que han apostado por la necesidad de introducir reformas en el texto constitucional.
Entre esas voces se encuentra la del Gobierno que se había propuesto reformar la Constitución en cuatro puntos: la no discriminación de la mujer en el acceso al Trono, el Senado, la inclusión de la Constitución Europea y la denominación de las Comunidades Autónomas. Sin embargo, esta reforma fue descartada por el Ejecutivo ante la falta de apoyo del Partido Popular, principal partido de la oposición.
Existe amplio consenso en cuanto a la eliminación de la discriminación de la mujer respecto al hombre en la línea de sucesión a la Corona. Sin embargo, la urgencia pasó a un segundo plano tras el nacimiento de la primogénita de los Príncipes de Asturias, la Infanta Leonor, y su hermana Sofía.
Leonor de Borbón ocupa el segundo puesto en la línea de sucesión al trono, por detrás de su padre. Sin embargo, en el caso de tener un hermano, retrocedería un puesto en virtud del artículo 57.1 de la Constitución.
En cuanto a la reforma del Senado, Zapatero ha explicado que el objetivo sería la modernización de la Cámara Alta para convertirla en una institución más útil.
Casi el 53 por ciento apuesta por la reforma
Más de la mitad de los españoles, un 52,7 por ciento, considera que la Constitución debería reformarse en alguno de sus puntos. Por el contrario, sólo un 27,5 por ciento opina que se debería dejar como está, según se desprende del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas correspondiente a noviembre.
Esta encuesta refleja que los españoles consideran que el principal aspecto que debería modificarse es el relativo a la reforma de la Justicia. El CIS revela que los tribunales de Justicia son la institución del Estado que menos confianza genera entre los ciudadanos, recibe una nota de 3,74 e incluso un 40,2 por ciento dice que funciona "mal" o "muy mal".
El segundo aspecto en el que se pide la reforma de la Constitución es para "actualizarla y adaptarla a los nuevos tiempos", mientras que en tercer lugar los ciudadanos encuestados creen que debería modificarse en lo relativo al sistema autonómico y en lo referente a la Monarquía como forma de gobierno.
La última vez que el CIS preguntó sobre la Constitución fue en el barómetro autonómico de febrero de 2006; entonces un 45 por ciento de los españoles apoyaban la reforma.
Son numerosos los políticos que con motivo de su aniversario han apoyado el texto constitucional, como la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que ha asegurado que la Constitución, es "un éxito de todos", "nos ha dado los mejores treinta años de nuestra Historia", y ha abogado por reforzar el consenso con el que nació el texto, "nuestro mejor patrimonio".
Por otra parte, en una entrevista en CUATRO realizada por Iñaki Gabilondo a José Bono, presidente del Congreso de los Diputados, declaró que "lo que la Constitución necesita es justamente que podamos decir su edad y la podamos aplaudir".
Sin embargo, admitió que "evidentemente hay aspectos que desde mi punto de vista deben ser reformados. Por ejemplo, la sensación generalizada entre los españoles de igualdad entre hombres y mujeres e incluso la sucesión en la jefatura del estado y habrá que hacer esa modificación para que la mujer no esté postergada respecto del hombre en la sucesión a la Corona".
Los protagonistas de la Transición avalan la reforma
Algunos de los protagonistas de la Transición como Manuel Fraga, Santiago Carrillo, Juan Carlos Rodríguez Ibarra e Iñaki Anasagasti han coincidido en señalar que, aunque la Constitución sigue "sirviendo", sería necesario modificarla para adaptarla a los nuevos tiempos.
Manuel Fraga ha considerado que la Constitución es "flexible" y sigue sirviendo hoy en día "lo cual no quiere decir que no sea perfectible".
Por su parte, Santiago Carrillo, tras señalar que la Carta Magna "sigue siendo válida", se ha mostrado partidario de "completarla sobre la base de la experiencia y de la realidad de hoy".
El ex presidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha explicado que "se han generado nuevas situaciones que exigen nuevos derechos que esta Constitución no contempla y deberían ser contemplados".
Para el senador del PNV Iñaki Anasagasti en la Constitución hay aspectos que son "absolutamente válidos", aunque considera que "necesita retoques importantes".
Sólo un retoque en tres décadas
La Carta Magna sólo una vez ha sufrido un leve retoque. Una modificación que vino de la mano de Europa, ya que la máxima norma española tuvo que acomodarse a lo acordado en el Tratado de Maastricht para permitir la futura elección de los alcaldes y concejales en la persona de ciudadanos de la Unión Europea residentes en España. Y para eso fue necesario incluir dos palabras, "y pasivo", en su artículo 13.2.
Constitución pionera
La Constitución de 1978 puede encontrarse anclada en muchos aspectos al momento en que se redactó. Sin embargo, presenta un carácter pionero en cuestiones como la protección de datos informáticos y, especialmente, la preocupación por el medio ambiente, un asunto en el que se anticipo varios años a la sociedad de la época.
Catorce años antes de que se acuñara el término "desarrollo sostenible" nuestra Constitución, siguiendo el ejemplo de otros textos como el griego (1975) o el portugués (1976), marcaba ya los principios básicos para la protección medioambiental.
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