Carta abierta a Manuel Pérez Fenoll
JUAN ESPINAR ALBERCA (*)
Has podido comprobar que, a pesar de tus agoreros vaticinios, ha pasado nuestro congreso provincial y no se ha producido ningún tipo de entierro, sino todo lo contrario, pues el pasado día 14, en Orihuela, celebramos, sobre todo los vencedores, una gran fiesta, escribiendo una nueva página en la historia de nuestro partido, repleta de legalidad, honestidad, libertad, democracia, transparencia y coherencia.
Mira, se presentaron dos candidaturas; una, encabezada por Ripoll, con la ayuda de las bases de los distintos pueblos que la han votado, es decir (sin entrar en confrontaciones dialécticas) el pueblo llano otra, encabezada por ti, auspiciada y apoyada por la ejecutiva regional y el Consell (tiempo habrá de entrar en detalles), es decir, los patronos.
En esta desigual batalla han vencido las bases, el pueblo, dejando en evidencia al grandioso poderío económico del colosal ejército de los patronos.
¿Qué habéis conseguido?, pues que se cumpla mi vaticinio y mi candidato, Ripoll, vea cómo su liderazgo se engrandece y afianza ante los afiliados y la sociedad, pues ha vuelto a conseguir la Presidencia provincial tras haberla disputado, por su parte, en buena lid, sin ayudas espurias y ante tan gigantesco enemigo (Valencia).
Habéis conseguido que el triunfo de Ripoll haya trascendido nuestras fronteras provinciales y se haya convertido en noticia nacional con titulares como «Ripoll gana un congreso ante un candidato que contaba con la ayuda de Valencia», «Camps sufre su primera derrota», «Ripoll vence a Camps», «Ripoll gana a pesar de la implicación del Consell a favor de Fenoll».
Todo esto me hace recordar el pasaje de El Quijote, en el que éste, en un estado de enajenación mental, arremete contra molinos de viento por ver en ellos a unos gigantes malandrines.
Durante los prolegómenos del congreso, ha ocurrido que los molinos de viento (ejecutiva regional y Consell) han arremetido, por causa de una pasajera enajenación mental, contra Don Quijote, al que parece ser, veían como un gigante y no perdonaban sus magníficos resultados en su gestión como presidente provincial.
Todo esto me ha producido un sabor agridulce; dulce, por la victoria de mi candidato, y agrio, porque estas cosas resquebrajan el liderazgo de nuestro presidente regional, ya que nadie ha entendido que Francisco Camps, como responsable máximo, no haya dejado en evidencia a aquellos que, en su nombre, iban ofreciendo puestos de trabajo, subvenciones y otras bagatelas, ni haya cortado de raíz esta sinrazón y lucha fraticida que tanto merma nuestra credibilidad como partido.
Sabes que respeto y aplaudo que cualquier afiliado tenga las justas y lógicas aspiraciones para liderar nuestro partido, tanto en el ámbito local, como provincial, autonómico y nacional. Faltaría más.
Pero, ¿tú te has parado a recapacitar sobre los votos que has obtenido?, no me refiero a las presiones hechas para conseguirlos, (según afirman los mismos presionados), me refiero a tus verdaderas posibilidades si te hubieses presentado sólo y sin «ayudas». Este es el quid de la cuestión y aquí reside la verdadera grandeza del triunfo de Ripoll.
Siento tener que decírtelo, pero te va a costar muchísimo el quitarte el sambenito de ser aquél al que las altas jerarquías del partido usaron para arrebatar la Presidencia provincial a Joaquín Ripoll con el agravante de que, a pesar del espectacular despliegue de medios empleados, no has tenido el suficiente carisma para conseguirlo.
Piénsatelo, valora tus posibilidades, usa tu sentido común, apela a tu amor por el partido, huye del insulto y la descalificación, reconoce que no has ganado, colabora con la nueva dirección provincial y, de todo corazón, deseo que cierta ofuscación mental no te imposibilite para dedicarte a tu prestigiosa clínica dental y a la alcaldía de tu maravilloso Benidorm.
Termino pidiéndote un favor, durante los prolegómenos del congreso provincial me dirigí a Francisco Camps para rogarle que en su intervención, tras el triunfo de Ripoll, despejara todas las dudas que se habían vertido (sólo achacables a la incontinencia verbal de miembros de tu candidatura) sobre su actuación, dejando en entredicho su imparcialidad.
Estoy seguro que la causa de no explicarlo en su discurso, sólo es entendible porque no le hicieron llegar mi carta, por eso te pido que le traslades mi ruego de que no consienta que en el futuro esta situación kafkiana vuelva a repetirse.
Te deseo una feliz Navidad y que los Reyes Magos te traigan todo lo necesario para que dejes de necesitar «ayudas» a la hora de pedir el voto a los afiliados de la provincia.
(*) Juan Espinar Alberca es miembro del comité local y provincial del PP.
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