En la
Comunidad
Valenciana
seguro que
no ¿verdad
Sr. Camps?
En primer lugar felicitarles por la publicación el pasado domingo del reportaje titulado «Sin aliento» y en el que se denuncia la paralización del programa de respiro familiar denominado «Ivadis contigo».
Me dirijo a ustedes en representación de los padres de discapacitados intelectuales. Desde la Conselleria de Bienestar Social, muchas familias de la Comunidad Valenciana, estamos recibiendo una prestación impagable a través del programa «Ivadis contigo», que va dirigido como respiro familiar en domicilio para cuidadores habituales de personas con discapacidad intelectual. Este servicio se está llevando acabo con una gran profesionalidad y sensibilidad a través de Dignitas. Por lo tanto la eliminación del mismo es una grandísima injusticia. Basta ya de que se nos trate como ciudadanos de segunda donde lo poco o nada que se obtiene sea a través de pedir o rogar. Nuestras vidas, las de las familias que tenemos un hijo con discapacidad intelectual gira entorno a ellos. Muchos de nosotros no podemos acudir a los eventos sociales más habituales (fiestas, cumpleaños, parques). Incluso para poder ir a realizar la compra o actividades de la vida diaria necesitamos que alguien se haga cargo de ellos. Esta sociedad en la que vivimos vive de espalda a las necesidades de los más débiles. No interesa, es desagradable. Mi pregunta y la de muchos padres que se encuentran en mis mismas circunstancias es ¿a qué debemos esperar?, ¿qué se pretende? A nadie le importa que el cuidador principal claudique, que la familia incluyendo a hermanos pequeños que ven cómo su vida es diferente a la de sus amigos se venga abajo. Con la retirada de este programa perdemos lo que para las personas o familias normales pueden realizar sin ningún esfuerzo. Para muchos de nosotros es una odisea o simplemente imposible.
¿Qué perdemos?: la conciliación de la vida familiar y laboral, el realizar gestiones como ir a comprar, acudir al médico, ocio, etcétera. ¿Tan poco valemos?, ¿somos un sector de la población que no se merece nada? ¿Y la Ley de la Dependencia, dónde está?
Este es un grito de socorro en el que como siempre se ruega encarecidamente que se reflexione y se continúe con dicho programa, ya que gracias a esta actuación muchas familias hemos tenido un respiro y hemos tenido un rayo de luz en nuestra vida diaria.
Me dirijo a ustedes en representación de los padres de discapacitados intelectuales. Desde la Conselleria de Bienestar Social, muchas familias de la Comunidad Valenciana, estamos recibiendo una prestación impagable a través del programa «Ivadis contigo», que va dirigido como respiro familiar en domicilio para cuidadores habituales de personas con discapacidad intelectual. Este servicio se está llevando acabo con una gran profesionalidad y sensibilidad a través de Dignitas. Por lo tanto la eliminación del mismo es una grandísima injusticia. Basta ya de que se nos trate como ciudadanos de segunda donde lo poco o nada que se obtiene sea a través de pedir o rogar. Nuestras vidas, las de las familias que tenemos un hijo con discapacidad intelectual gira entorno a ellos. Muchos de nosotros no podemos acudir a los eventos sociales más habituales (fiestas, cumpleaños, parques). Incluso para poder ir a realizar la compra o actividades de la vida diaria necesitamos que alguien se haga cargo de ellos. Esta sociedad en la que vivimos vive de espalda a las necesidades de los más débiles. No interesa, es desagradable. Mi pregunta y la de muchos padres que se encuentran en mis mismas circunstancias es ¿a qué debemos esperar?, ¿qué se pretende? A nadie le importa que el cuidador principal claudique, que la familia incluyendo a hermanos pequeños que ven cómo su vida es diferente a la de sus amigos se venga abajo. Con la retirada de este programa perdemos lo que para las personas o familias normales pueden realizar sin ningún esfuerzo. Para muchos de nosotros es una odisea o simplemente imposible.
¿Qué perdemos?: la conciliación de la vida familiar y laboral, el realizar gestiones como ir a comprar, acudir al médico, ocio, etcétera. ¿Tan poco valemos?, ¿somos un sector de la población que no se merece nada? ¿Y la Ley de la Dependencia, dónde está?
Este es un grito de socorro en el que como siempre se ruega encarecidamente que se reflexione y se continúe con dicho programa, ya que gracias a esta actuación muchas familias hemos tenido un respiro y hemos tenido un rayo de luz en nuestra vida diaria.
Ana Mª Lorenzo Palma
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