Toreo a la
dependencia
Amables lectores, no crean por el título de mi tribuna que les voy ha hablar del arte de "Cúchares" no, no es del arte del toreo, sino de ese otro "arte" que entrecomillo, para no tener que nombrarlo con el que me viene a la cabeza y que ustedes ya se figuran.
Si no fuera por lo serio que es este asunto, habría que encuadrarlo entre los números de circo más celebrados de todos los tiempos. Resulta que el Gobierno de España aprueba una ley llamada Ley de Dependencia, tan necesaria era esta ley que todo el Parlamento de la nación la vota y todos quedamos tan contentos. Qué buenos son nuestros representantes parlamentarios que, al percibir el clamor de los muchísimos dependientes que hay en España, encuentran la forma de mejor atenderlos. Después es cuando viene el número de circo. Hay autonomías que se aprestan a cumplir la ley del Gobierno de España, como es natural aportan desde sus presupuestos los importes correspondientes, resultando por ello que sus dependientes van percibiendo las bondades y el espíritu de esta ley en forma de las prestaciones correspondientes; en otras como en esta en la que vivimos se producen los números taurino-cirsenses y se entremezclan los equilibristas prestidigitadores y los payasos toreros, estos entretienen a los familiares de los dependientes con inacabables gestiones, papeles y más papeles, si consiguen llegar al final de todo el bosque de trámites sin que se les haya muerto su familiar, les pagan algún mes de la prestación acreditada y al segundo, tercero o quinto mes, dejan de pagarles diciéndoles lo increíble, "por falta de liquidez no podemos pagar su prestación"; entre tanto, vemos crecer los circuitos de las carreras, sus hiervas y sus ruinas, las velas de las regatas, que estos artistas han hecho, para que no se sepan a dónde han ido los dineros con los que la dependencia se podría haber aliviado. Se sabe que en otras regiones hasta hacen publicidad para que los familiares puedan saber a dónde han de dirigirse para solicitar los impresos y la información necesaria. En esta zona donde vivimos, han visitado al Síndico de Agravios y muy comprensivo él, hasta les ha dado la razón en sus reivindicaciones, pero eso sí, también les dijo que esa razón que les daba no podía hacerla pública, o sea, un pase de pecho con olé y todo, para colmo, resulta que lo que en España es una ley, en nuestra autonomía es "una norma" y, para hacerla efectiva, es necesaria la jurisprudencia correspondiente que se pierde en el tiempo, esto son "banderillas de fuego", pero para rematar este toro de la de?si?dia, sólo nos debe bastar saber para los que aún andamos, que antes o después todo esto se arreglará, sólo será cuestión de que el toro se muera en la plaza o en los corrales y al final, la única dependencia que nos depare este sistema, sea el gancho del carnicero, pero eso sí, los dineros que vienen desde el Gobierno Central para la dependencia ¿en qué se los estarán gastando?
Alfonso Alfonso Gálvez es empresario.
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