En septiembre de 2007 tuvo lugar en Madrid la primera manifestación para España de personas en situación de discapacidad. Era una marcha por la visibilidad que demostró que las cosas empezaban a cambiar y que el colectivo de personas con diversidad funcional había iniciado su rebelión particular en defensa de la igualdad de oportunidades. Poco después, en mayo de 2008, entraba en vigor la Declaración de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que obliga a todos los estados firmantes (entre ellos España) a habilitar los mecanismos necesarios para erradicar en su territorio la discriminación por motivos de discapacidad.
El revulsivo que supone la convención coincide en Galicia con otro salto cualitativo en la reivindicación de la igualdad de oportunidades: desde marzo, opera en la comunidad la asociación Vigalicia, heredera de los principios del movimiento por la vida independiente que buscan el empoderamiento de las personas con diversidad funcional a través de un cambio de posición, que Antonio Nóvoa (presidente de Vigalicia) resumió ayer en el paso de "buenos clientes de los presupuestos públicos" a "reclamantes de derechos".
Nóvoa inauguró ayer en la facultad de Ciencias Políticas de Santiago, con Javier Romanach y Francisco Fernández, unas jornadas sobre los efectos de la convención de la ONU en las que reivindicó la absoluta "vigencia" para las personas con diversidad funcional del discurso de derechos civiles con el que Martin Luther King movilizó a la población negra norteamericana.
Y es que, recordó, hay un 10% de la población mundial, según las estadísticas de la OMS, y un 25%, según las últimas publicaciones del Consejo de Europa, que todavía ven violados sus derechos. Nóvoa reclamó una "nueva militancia para la independencia" y reclamó al movimiento asociativo un esfuerzo "para ponerse en lucha".
. rlizcano@elcorreogallego.es
Fuente: El correo Gallego
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