Cada año 150 vigueses deben viajar A
Coruña para tratar su lesión medular.
Los afectados reclaman a Sanidade que el nuevo hospital tenga una unidad especial para evitar estos traslados.
- Autor:
- Alberto Magro
- Fecha de publicación:
- 31/1/2008
Vigo no tiene dónde tratar a sus lesionados medulares. Lo denunciaban ayer en la asociación de discapacitados Amico, que ha iniciado una campaña para promover que el hospital que se va a construir en Beade incorpore un servicio centrado en lesionados medulares. Su propuesta ha calado ya en otros colectivos de discapacitados, en asociaciones como la Federación Veciñal viguesa y en ayuntamientos como los de Vigo, Salvaterra, Tui y Ponteareas, que han decidido constituir una plataforma para solicitar a la Consellería de Sanidade que dote al nuevo complejo hospitalario de un equipo que asista a las personas que sufren una fractura en la columna.
La ausencia en la actualidad de este dispositivo obliga a los enfermos y a sus familias a trasladarse a A Coruña e incluso a Toledo para ser atendidos. En ambas ciudades cuentan con unidades especializadas en lesiones de médula como la que ahora demanda Vigo. Por eso, el planteamiento que hacen en Amico es que el nuevo hospital de Vigo se encargue de tratar a los pacientes que sufran este tipo de lesión en el sur de Galicia.
Y no son pocos los que se ven frente a una silla de ruedas después de sufrir un accidente. Según los datos de la Xunta facilitados ayer por la plataforma Amico, durante el último año se produjeron en Galicia 703 lesiones medulares, de las que 152 correspondieron a Vigo, 51 a Pontevedra y 83 a Ourense. Muchos de ellos acabaron en el hospital coruñés Juan Canalejo, el único que en la comunidad cuenta con camas (30) para atender a estos pacientes.
Fractura familiar
Pero el Canalejo no da más de sí, según cuentan los afectados. «Cada año 120 pacientes se dirigen a este centro, la mayoría de ellos de la provincia de Pontevedra. Y sabemos que la estancia media es de entre seis y siete meses, por lo que es imposible que las 30 camas del Canalejo den. Y aunque lo ampliasen a 36 como quieren hacer, seguiría sin valer para los pacientes del sur de Galicia, que deben trasladarse hasta A Coruña para ser tratados, con los problemas que eso genera», comenta el portavoz de Amico, Leonardo Fernández.
Entre esos problemas destaca sin duda el efecto que tiene la situación en las familias, que además de sufrir con quien padece la grave lesión, se ven obligadas a dividirse para acompañar al enfermo durante su estancia en el hospital: «Se produce una fractura familiar terrible para un enfermo en estas circunstancias, que necesita el apoyo físico y psicológico de su familia, que es imprescindible. Y luego hay un quebranto económico, que importa menos, pero importa, porque las familias desplazadas tienen que buscarse un lugar para quedarse al lado de los suyos», argumenta Fernández, mientras otro de los portavoces de la plataforma, Manuel Fandiño, denuncia que la falta de sitio en el Canalejo coruñés «está obligando a dar altas precipitadas».
De ahí el interés de la plataforma en reunirse con la conselleira de Sanidade, a la que plantearan que Vigo centralice la atención medular del millón y medio de habitantes del sur de Galicia. Cuentan para ello con el respaldo de colectivos de Ourense, que consideran preferible ser cuidados en Vigo que en A Coruña. «Cada año se dan 120 casos por cada mil habitantes, así que pedir más recursos para Vigo es una reclamación justísima», concluía Manuel Fandiño.
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