No todas las personas gozan de los mismos derechos, ni de las mismas oportunidades, ni pueden disfrutar del mismo nivel de desarrollo en Euskadi, en pleno siglo XXI. El colectivo de personas con discapacidad se encuentra todavía en una clara situación de desventaja respecto al resto de la ciudadanía, y comprueba a diario cómo se le sustraen derechos humanos tan elementales como desplazarse libremente en su entorno, elegir el lugar y el modo en el que desean vivir, conseguir un trabajo digno, o disfrutar de su tiempo de ocio. Esta situación insostenible exige un cambio de paradigma en la consideración de la discapacidad, de modo que se respeten los derechos humanos fundamentales del colectivo.
Estas son algunas de las principales conclusiones que se pusieron sobre la mesa en la jornada que bajo el título "Derechos Humanos y Discapacidad: por una Vida Independiente en Comunidad" FEKOOR organizó en el Palacio Euskalduna de Bilbao. Un foro de debate y reflexión que siguieron cerca de 200 personas y que ha servido para conocer y analizar propuestas y actuaciones que actualmente se llevan a cabo para promover la participación social y garantizar el derecho a una completa participación comunitaria y a una vida independiente a este importante colectivo.
La jornada fue inaugurada por el Defensor del Pueblo Vasco "Ararteko", D. Iñigo Lamarca y el Diputado de Acción Social, D. Juan Mari Aburto, junto al presidente de FEKOOR, José Antonio Pérez.
El "Ararteko" destacó en su intervención el título de la jornada, que aúna derechos humanos y discapacidad, ya que "el colectivo de personas con discapacidad está reclamando hoy en día derechos que se enmarcan en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la que acabamos de celebrar el 60 aniversario". Recordó que existen todavía muchas barreras y obstáculos que impiden que el ejercicio de estos derechos humanos sean efectivos. Por ello reclamó un cambio de mentalidad en la sociedad y las Instituciones para que cale la idea de que no hay un ser humano estándar y que la diversidad es la norma en la vida, de modo que lleguemos a ser respetuosos y consecuentes con este principio.
El responsable del Departamento de Acción Social de la Diputación Foral de Bizkaia también reclamó en su intervención "un cambio de mentalidad, una revolución ideológica, para que la diversidad funcional sea respetada y valorada". Este cambio, continuó, "ya está en la calle, pero hace falta que las instituciones públicas con responsabilidad en este sentido nos lo creamos", para que orienten sus actuaciones en esa dirección y contribuyan a promover esta nueva conciencia social.
La ponencia marco titulada "Nuevas tendencias para promover la Autonomía Personal en el Entorno Comunitario", centró el debate abordando la evolución de la consideración de la discapacidad hasta llegar a su inclusión en el ámbito de los derechos humanos, tal y como se recoge en la Convención de Naciones Unidas, ratificada por España en marzo de 2007, y en vigor en todo el Estado desde el pasado 3 de mayo del pasado año. Un texto legal que parte de una lacerante constatación: "la vulneración sistemática y generalizada de los derechos de las personas con discapacidad a pesar de las garantías generales existentes en las leyes actuales".
Todos los especialistas coincidieron en señalar que los derechos humanos son condiciones básicas para tener una vida digna y que al mismo tiempo son exigibles a los poderes públicos. Además tienen carácter prestacional, es decir, que no basta con que no se vulneren, sino que los poderes públicos tienen la obligación de actuar con políticas activas para proteger y garantizarlos.
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