El padre de Alberto Lugones, que había denunciado trabas del centro, recibió el compromiso del consejero Riopedre para mantener a su hijo escolarizado en las mismas aulas
La dirección aduce no disponer de recursos especiales, pero insiste en que «cumple con sus obligaciones»
Alberto no tendrá que cambiar de cole. Tras la tormenta desatada por la queja de sus padres, que aseguraron estar sufriendo trabas por parte del colegio de La Asunción para que su hijo, de 4 años y con una grave discapacidad motora, continúe en las aulas de El Bibio, las aguas parecen calmarse. Ayer, y por distintas vías, el Principado y el centro concertado garantizaron la escolarización y, por tanto, «la correcta atención» del pequeño Alberto, matriculado en La Asunción desde el pasado curso escolar, y adonde también acude su hermano de 8 años.
Ayer por la tarde, el padre de este alumno cuyo caso generó un intenso debate en Gijón que se trasladó a los internautas de elcomerciodigital, fue recibido en Oviedo por el consejero de Educación, José Luis Iglesias Riopedre, después de una intensa jornada, que arrancó a las nueve menos cuarto de la mañana, con la llegada del pequeño Alberto, como cada lunes, al colegio gijonés. «Es un paso más hacia la normalización y una nueva barrera que queremos romper», explicaba Mariano Lugones, padre de este niño diagnosticado como tetraparésico espástico (una importante discapacidad motora y física). Pese al revuelo que la denuncia de los progenitores había causado tanto fuera como dentro del centro escolar, «queremos mantener la normalidad», explicaba Mariano nada más dejar a su hijo en el colegio.
Reunión en Oviedo
La tranquilidad llegaría a la casa familiar pasadas las siete de la tarde, después de que el propio consejero de Educación garantizara a los padres de Alberto que el niño continuará en La Asunción. Lo mismo había hecho ya horas antes el propio colegio concertado. A través de un comunicado de prensa, aseguró: «No está en nuestra intención prescindir de ningún alumno, pues somos un centro abierto a todos, tal y como refleja en nuestro carácter propio». Quiso recordar también que Alberto ya estaba matriculado para el curso próximo.
El encuentro entre el consejero de Educación y el padre de Alberto se produjo después de que éste denunciara públicamente, tal y como avanzó EL COMERCIO, que estaban recibiendo trabas por parte del colegio para que su hijo acudiera con normalidad al colegio. El centro aducía problemas o retrasos para la adquisición del mobiliario especial que necesita Alberto para poder cursar sus estudios. También expuso dificultades, por ejemplo, para que el pequeño pueda acudir en transporte escolar o para que haga uso del servicio de comedor de lunes a viernes. «Sólo acude los jueves», explicaba ayer el padre.
Al margen de polémicas y del debate que este caso generó sobre la integración de alumnos con necesidades especiales y la posible falta de recursos denunciada desde la asociación de padres de alumnos de la concertada, José Luis Iglesias Riopedre zanjó el asunto asegurando la continuidad de Alberto en La Asunción. «Su hijo tiene derecho a la integración y seguirá en el mismo colegio», le dijo el consejero a Mariano Lugones nada más dar comienzo la reunión. Al encuentro también asistió la presidenta de la Asociación contra el Acoso Escolar, Encarna García, quien gestionó la entrevista y se comprometió a su vez a velar por el cumplimiento de lo anunciado por Riopedre.
6.000 euros por aula
Por su parte, el colegio de La Asunción se pronunció ayer por vez primera en cuatro días. Lo hizo para decir que el centro «tiene la obligación de reservar plaza para los alumnos escolarizados», entre los que está el propio Alberto, ya matriculado en Infantil para el curso 2009-2010. Asimismo, explicó por medio de un escrito de cuatro puntos que «es el equipo de Orientación de Zona de la Consejería de Educación, el que dictamina a qué centros deben acudir los alumnos de necesidades educativas especiales, ya sean centros específicos o de integración».
La Asunción aseguró disponer de profesionales especializados para atender a sus estudiantes de integración, pero advirtió «no contar con recursos materiales para mobiliario o adaptación de instalaciones». Pese a ello, «cumplimos escrupulosamente con nuestras obligaciones en la atención de estos alumnos».
Pero la falta de recursos aducida desde El Bibio fue negada desde la Consejería de Educación, que replica que los centros concertados, a través de los conciertos genéricos «reciben 6.000 euros adicionales por aula» cuando en la misma coexisten alumnos con necesidades especiales. A su vez, apuntó que el Gobierno del Principado financia el mobiliario destinado a estos alumnos, «a los que les asiste el derecho a ser integrados».
La consejería, a través del Servicio de Alumnado, se pondrá hoy en contacto con La Asunción para recordarle su obligación de garantizar la correcta escolarización del pequeño Alberto. Instará también al colegio a que ponga fin a las barreras arquitectónicas y habilite una rampa de acceso.
Fuente: El comercio digital
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