Por Rogelio Diz.
Puede ser que esta fecha no signifique nada para la gran mayoría de españoles, pero para un pequeño grupo de personas que cada año se concentran en la puerta principal del Fuerte de San Cristóbal en la cima del monte Ezkaba a un lado de la ciudad de Pamplona, lo hacen para rememorar la más grande gesta acontecida no solamente en España, sino en todo el mundo. Donde en estas fechas de 1938 se realizo la mayor fuga de las cárceles franquistas, en que 795 hombres, presos todos ellos solamente por ser leales a la Republica, y sin ninguna ayuda exterior, lograron fugarse.
Las malas condiciones en que se encontraban debido al maltrato, el hambre y las enfermedades hicieron más penosa su huida, fue por eso que 568 fueron recapturados, 207 vilmente asesinados y solamente 3 lograron llegar a Francia.
Mi padre Rogelio Diz Fuentes fue uno de ellos, y su mayor ilusión fue luchar para darla a conocer y que esa odisea que vivieron rompiera el olvido que durante 40 años el franquismo intento sepultar, de la misma manera que lo hicieron con los compañeros enterrados cerca del Fuerte y que gracias a personas como José Maria Jimeno Jurìo que tenia el mapa con la ubicación de los 131 presos enterrados en el que ahora se conoce como el cementerio de las botellas.
De los hasta hace poco supervivientes que nunca trataron de ocultar su época de presos y que de la misma forma que lucharon por la libertad, lo hicieron también por dar a conocer este hecho que marco sus vidas, como Leopoldo Cámara, Jacinto Ochoa, Josu Urresti y los hermanos Juan y José Miguel Alberdi, que nunca dejaron de gritar a los cuatro vientos que ellos habían estado ahí.
De la misma manera que Félix Sierra e Iñaki Alforja quienes se han preocupado por investigar y darlo a conocer, así como a la asociación Txinparta por organizar año tras año desde 1988 las conmemoraciones así como también en la investigación, localización y pala en ristre con la exhumación de varios cadáveres en el cementerio de las botellas.
Y de los últimos supervivientes con más de noventa años y que aun tienen fuerzas de cantar ante todos el himno de los presos del fuerte como lo hizo Abel Salvador y los avatares de aquellos infaustos momentos de presidio que nos relataba desde la tribuna Ernesto Carratalà.
Todos ellos hubieran querido volver para ser recibidos como los soldados después de haber defendido una causa justa, desgraciadamente no ha sido así, más que para una pequeña minoría de familiares y fieles a la causa republicana.
Hoy en día donde la máxima jefatura del Estado, la tiene un Rey impuesto, con un gobierno sometido por la conservación del poder, con una oposición heredera del franquismo y una juventud a la que no quieren contar la verdadera historia de aquella larga noche de piedra.
Donde se privatizan las exhumaciones, y se dejan a las familias y a las asociaciones de que sean ellas las que por su cuenta cojan el pico y la pala y se dediquen a buscar a sus muertos.
Las sentencias de todos los que aquí estuvieron, siguen siendo legales para la ley, según el gobierno en su patética Ley de la Memoria Histórica, injustas e ilegitimas, pero legales, así queridos compañeros nuestras familiares y antepasados que aquí estuvieron presos y que algunos murieron en defensa de la libertad, siguen siendo convictos según nuestro Código Penal y todos nosotros seguimos siendo hijos, nietos, hermanos o sobrinos de convictos gracias a nuestro gobierno, igual que lo éramos en la época de los cuarenta años de dictadura, puesto que el Rey no abdicó a su juramento de fidelidad al caudillo, para así cumplir las leyes franquistas desde que fue nombrado su sucesor.
Pero estas decepciones no deben más que darnos fuerza para unirnos más y continuar sacando a la luz solamente la verdad, solamente así rendiremos un verdadero tributo a los que se sacrificaron y murieron para darnos el valor de lo que significa la libertad.
Es por ello que insto a todos los que acudan a esta conmemoración y a las siguientes la finalicen cantando ese himno que gracias a ellos ha perdurado en la memoria hasta nuestros días.
Camaradas ya se abrieron las puertas,
ya se terminó la esclavitud,
ya se rompieron las fuertes cadenas
que oprimían a la juventud.
Se rebelde y jamás te acobardes
ante el enemigo opresor,
triunfarás en la vida cuando aplastes
al fascismo cruel, siempre traidor.
Imita a los hombres del triste penal
que en el mes de mayo lograron marchar.
En montes navarros fue su rebelión,
allí cayeron muchos bravos compañeros de prisión.
Y a la frontera con rumbo marchan
a luchar por la causa por amor,
no lograron su intento pues la fiera
con su zarpa de fuego lo impidió.
Y aquellos que la vida salvaron
para el fuerte volvieron a subir,
bajo tierra a todos enterraron,
donde era imposible vivir.
En los tristes recintos subterráneos,
sin salir al patio a respirar,
sepultaron a los bravos hermanos
con castigo y hambre sin cesar.
Valientes cayeron en lucha fatal
y su sangre dieron por la libertad.
En montes navarros la vida quedó
de aquellos queridos hermanos
que lucharon con valor.
Rogelio Diz-Analista político
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