"La exclusión es la pérdida de autonomía y de autosubsistencia"
"El individuo excluido está fuera de la economía y por tanto es dependiente"
José Almaraz es Catedrático en Sociología de la Uned y ha sido ponente de bastantes cursos de verano de este organismo. También ostentó el cargo de presidente de la Federación Española de Sociología (FES) entre 2001 y 2004.
–-Se habla de que hay exclusión cuando la sociedad produce situaciones individuales que no entran dentro de las soluciones normales de la política social. La política social actúa sobre colectivos, la exclusión es individual. Eso es lo que es la exclusión: un individuo está fuera de lo económico, por tanto, es incapaz de auto subsistir y por tanto ha perdido su autonomía como ser humano. El excluido está fuera porque la autonomía es la principal conquista de la sociedad democrática, ser capaz de tomar decisiones.
–¿Qué opina sobre la Ley de Dependencia?
–La Ley de Dependencia intenta que en los casos en que la persona es, en cierto modo, irrecuperable, compensar con una ayuda económica esa deficiencia, esa incapacidad o esa improbabilidad de entrar por el camino normal. Yo creo que la Ley de Dependencia va más bien encaminada, y no soy un gran experto en esto, al cuidador: que haya un entorno alrededor del paciente que le garantice una estabilidad vital y unas condiciones de vida mínimamente dignas.
–¿Es más difícil integrar al discapacitado psíquico que al físico?
–Un discapacitado físico probablemente presenta sólo problemas físicos, que pueden hasta solucionarse mecánicamente: prótesis, sillas de ruedas…Un discapacitado psíquico tiene menos capacidad de autoadministrarse, de autogobernarse y de tomar decisiones propias e incluso puede tener dificultades de aprendizaje. Yo creo que cada vez se están buscando más soluciones a situaciones personales, se trata del derecho de la persona concreta a tener una calidad de vida.
–¿Se debe recuperar la fraternidad, la solidaridad?
–Sí. Tener un trato fraternal significa tener un trato adecuado pero más acogedor. Yo creo que todas estas actividades de lo que se llama el “tercer sector” (la economía sin ánimo de lucro), de la solidaridad, pues es la realización más clara, más avanzada de lo que sería aquel principio de Rousseau de la “libertad, igualdad y fraternidad”. La fraternidad está un poco olvidada. Primero habría que solucionar los problemas políticos de la libertad y luego los sociales de la igualdad. Eso lo ha hecho el Estado, yo creo que la fraternidad es una cosa de los hermanos, de los ciudadanos entre sí.
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